El reservado de la discoteca ‘Sutton’, fundamental en el ‘Caso Alves’

Dani Alves volvió a declarar el pasado lunes por la presunta violación que se le imputa. El futbolista modificó por quinta vez su discurso y admitió que existió penetración en uno de los baños de la discoteca Sutton, aunque aseguró que esta fue consentida. Precisamente el baño y todas las estancias del reservado en el que sucedieron los hechos han cobrado mucha importancia en el último recurso interpuesto por Cristóbal Martell, el abogado del brasileño.

El Periódico ha publicado en exclusiva una fotografía de la suite que tenían a su disposición Alves y su amigo durante la noche del 30 al 31 de diciembre. Según cuentan, siempre que el exjugador del Barcelona acudía al local solicitaba la mesa sexta de la planta VIP, la única que tiene acceso a una de las estancias más privadas de la discoteca.

Alves y su amigo instaron a un camarero para que invitase a la víctima y a sus dos amigas a subirse con ellos. Tras una primera negativa, finalmente accedieron a entrar a la parte VIP. La mesa tiene una puerta clandestina al lado por la que se accede al reservado. También hay unas escaleras que suben a una zona acristalada desde donde se ve la pista de baile, pero invisible para los asistentes de esa zona.

Así es la suite

Tal y como muestra la fotografía de la estancia, en la zona privada hay un sillón largo y otros pequeños lugares en los que sentarse de una plaza. Además, hay una televisión y una mesa. El baño en el que ocurrió la presunta violación está justo antes de subir las escaleras que dan acceso a esta zona.

Los abogados de Dani Alves pretenden demostrar que la denunciante acudió al baño con conocimiento de causa y que las relaciones fueron consentidas. Para ello, han aportado un vídeo de doce minutos y un recurso de 200 páginas en los que creen probar que hay varias secuencias de besos mutuos intercambiados y que el ambiente fue distendido en todo momento.

El testimonio de dos trabajadores

RAC1 se ha puesto en contacto con dos personas que han trabajado en reservados VIP como el que utilizó Dani Alves. Estas estancias, según sus testimonios, suelen ser utilizadas por hombres con dinero. La función de los dos empleados era escoger a chicas que creían que podían llamar la atención de sus clientes o, directamente, ofrecérselo a aquellas que los asistentes les requerían.

Incluso existe la figura de la “chica de imagen”, que son jóvenes a las que se las paga por acudir ahí y pasárselo bien a modo de reclamo. “La mayoría de las personas a las que se les ofrece acceder a las estancias VIP aceptan porque es gratis”, cuenta María Segarra. “Trabajando en la barra he tenido que salir y llamar a seguridad para que se llevara a una niña, porque si no se iba con un señor mayor que no sabías de dónde había salido”, ha confesado antes de admitir que cree que ha habido más casos como el de Alves pero que no se han destapado.