PSICOLOGÍA

Qué es el efecto halo, o por qué se está romantizando el asesinato confesado por Sancho

La primera impresión generada por el aspecto físico de una persona es muy difícil de cambiar y resulta complicado asociar los elementos negativos a ella.

Qué es el efecto halo, o por qué se está romantizando el asesinato confesado por Sancho

“Me tratan muy bien, la policía me trata muy bien, de hecho, de lo bien que me tratan estoy cenando con ellos en un hotel de la isla de Anantara, el mejor hotel en el que he estado en mi vida. Y me han traído a cenar aquí porque han cerrado el caso”. Estas fueron las primeras palabras de Daniel Sancho poco después de confesar que había sido autor del asesinato y descuartizamiento del cirujano de Edwin Arrieta.

Un comportamiento el de las autoridades tailandesas que podría resultar de lo más curioso teniendo el cuenta que se encontraban con un detenido que acababa de declararse culpable de semejante atrocidad. Algo que podría justificarse por la influencia del efecto halo, o cómo se distorsiona la realidad por la primera impresión que se tiene de una persona.

“El efecto halo es un sesgo cognitivo, un efecto psicológico que provoca una interpretación irracional de la realidad. Existen ocasiones en las que una persona puede tener esta percepción basándose en una primera impresión. Normalmente, un atributo concreto es el que prioriza esta conducta”, explica Francisco Torreblanca, profesor del ESIC y consultor de estrategia e innovación de Wannathink.

“Las personas somos de primeras impresiones. Si nos entra por el ojo algo o alguien a primera vista, es difícil que podamos cambiar de opinión, sobre todo si alguien nos lo rebate. Lo mismo ocurre en el caso contrario, ya que, si algo o alguien no nos convence en el primer instante, tendrá difícil hacerlo después. Marcamos arquetipos inmediatos y eso genera una conducta asociada de aceptación o rechazo”, agrega el experto.

Por ejemplo, en el caso de Daniel Sancho, se han podido ver opiniones de este tipo en redes sociales, fundamentadas en su buen físico, que son evidencias de este efecto halo. Un atributo como el físico ha sido capaz de generar una primera impresión positiva capaz de eclipsar todos los aspectos negativos asociados a esta persona (que ha confesado haber asesinado y descuartizado a otra).

“Hay quienes han sentido esta primera percepción y consideran atractivo a Daniel, obviando todo lo demás; eso parece importar poco. Por el contrario, otras personas al ver este tipo de comentarios ponen el grito en el cielo y no se explican cómo alguien puede opinar así. No es ni más ni menos que el denominado efecto halo y su influencia en algunas personas”, indica Torreblanca.

Daniel Sancho Bronchalo, the son of Spanish actor Rodolfo Sancho Aguirre is escorted while assisting Thai police with investigations after he was arrested on charges of murder in the death and dismemberment of his Colombian travelling companion Edwin Arrieta Arteaga on the tourist island of Koh Phangan, Thailand August 7, 2023. REUTERS/Stringer   NO RESALES. NO ARCHIVES
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Daniel Sancho Bronchalo, the son of Spanish actor Rodolfo Sancho Aguirre is escorted while assisting Thai police with investigations after he was arrested on charges of murder in the death and dismemberment of his Colombian travelling companion Edwin Arrieta Arteaga on the tourist island of Koh Phangan, Thailand August 7, 2023. REUTERS/Stringer NO RESALES. NO ARCHIVESSTRINGERREUTERS

Precedentes

El del hijo del actor Rodolfo Sancho es un caso que recuerda al de 2014, con Jeremy Meeks (el denominado “preso más guapo del mundo”). Su foto como preso fue publicada en Facebook por el departamento de policía de Stockton (California) al ser capturado por un atraco que cometió. Era parte del plan de comunicación de la policía para ofrecer una imagen de eficiencia a la ciudadanía, que utilizaba este canal para informar acerca de logros conseguidos.

Pero lo que iba a ser una foto de un preso más se convirtió en un tsunami de comentarios positivos basados en su belleza física que eclipsaron que había cometido un delito. Tuvo tanto éxito que incluso al salir de la prisión logró ser contratado como modelo y posteriormente logró relacionarse con Chloe Green, heredera del imperio Topshop, con quien tuvo un hijo. De la noche a la mañana pasó de ser un preso que había cometido un delito a toda una figura mediática que supo aprovechar.

“Por tanto, vemos como a partir de un rasgo concreto, somos capaces de generalizar sobre una sensación positiva o negativa, eclipsando el resto. Curioso, ¿no? Esa frase tópica de ‘lo que cuenta es la primera impresión’ adquiere todo el sentido”, explica Torreblanca.

“Este escenario podemos encontrarlo en muchas situaciones cotidianas. En una familia, el hijo bueno y el hijo malo. El bueno puede que no sea tan bueno y el malo puede que no sea tan malo. Pero esa primera percepción hace que tanto uno como el otro vean camuflados sus otros rasgos distintivos. Lo mismo ocurre en el trabajo, en la escuela y tantos otros ámbitos”, agrega el experto.

El efecto Pigmalión

Además, si queremos ir más lejos, podemos enlazar con otro sesgo cognitivo de gran relevancia como el denominado efecto Pigmalión. Se trata de un fenómeno que define cómo la creencia que alguien tiene sobre una persona puede influir en el rendimiento de esta. Un ejemplo de cómo los humanos estamos sometidos e influenciados por estos conceptos psicológicos que muchas veces no llegamos a comprender.

“Todo esto pone de manifiesto que tenemos la necesidad de clasificar y etiquetar la realidad. Este es el motivo por el que asociamos características positivas o negativas a las personas sin más criterio que el irracional, aparcando en un primer momento el juicio racional”, relata Torreblanca.

“En territorios tan especiales como la política, el efecto halo puede tener una incidencia extraordinaria. Sucedía con John Fitzgerald Kennedy en su momento y ahora también sucede con políticos de la época. En estos casos, su presencia física puede condicionar esa primera percepción que nos produce y obviar todo aquello que como político defiende. Es realmente sorprendente”, agrega.

Origen del efecto halo

El efecto halo fue descubierto por Edward Lee Thorndike, psicólogo y pedagogo estadounidense. En un interesante estudio (El error constante en la valoración psicológica, 1920), observó cómo los jefes clasificaban a sus empleados en tres áreas: inteligencia, habilidad técnica y confiabilidad. Bajo estos parámetros reveló que los jefes tendían a generar juicios sobre las habilidades de los empleados por sus percepciones generales sobre los empleados. Es decir, en realidad, los jefes basaban sus evaluaciones técnicas en si los empleados parecían buenas o malas personas (irracionalmente y no de forma objetiva).

“Recomiendo una película de 2011 cuyo actor principal es Brad Pitt, titulada Moneyball, basada en el libro de Michael Lewis Moneyball, el arte de ganar un juego injusto. En ella se explica de forma genial cómo el general manager del Oakland Athletics de béisbol debe afrontar cada año con una situación imposible: fichar jugadores y formar un equipo competitivo con un presupuesto de los más bajos de la liga americana. La solución, extraordinariamente sugerente y atrevida: contratar jugadores con buen físico descartados por otros equipos”, concluye el profesor del ESIC.