CICLISMO

El calvario de Wiggins: usó el ciclismo para ocultar los abusos sexuales sufridos con 12 años

El británico, que fue víctima de abusos sexuales durante tres años, asegura que odia el ciclismo a pesar de haber sido su vía de escape desde muy pequeño.

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El ciclista británico Bradley Wiggins esprinta durante una etapa en el Criterium del Dauphiné de 2011.

Los amantes del ciclismo siempre recordarán las pedaladas de Bradley Wiggins (42). El ciclista más laureado de la historia de los Juegos Olímpicos, que puso punto y final a una carrera incontestable tras más de 15 años subido a una bicicleta al máximo nivel, se ha sincerado en una entrevista acerca del calvario que vivió cuando era un niño.

El británico ha recordado que sufrió “violación y abuso sexual” con tan solo 12 años por parte de su exentrenador, del cual no ha señalado su identidad, aunque sigue presente en su día a día. “Tuve que vivir algunos incidentes que me pasaron con un entrenador y me afectó mucho”, cuenta al podcast ‘Fearne Cotton’s Happy Place’.

Wiggins, que es responsable de una campaña que busca paliar el abuso infantil (NSPCC), volvió a presenciar en sus carnes esta dura etapa a raíz de las confesiones de algunos niños que han pasado por esta delicada situación. “Tuve que revivir algunos de los incidentes menores que me sucedieron con este entrenador para agregar peso a la campaña”.

“Dediqué mi vida al ciclismo como una distracción”

Por suerte, el ciclismo se convirtió en su vía de escape de esta pesadilla, que según Wiggins duró más de tres años. “Desde ese momento hice como que no pasaba nada y dediqué mi vida al ciclismo como una distracción. Estaba obsesionado con el ciclismo. Porque me lancé al ciclismo, me volví como una esponja. Este tipo me conoció cuando tenía 12 años y me tomó el pulso. Esto sucedió durante un período de tres años. No puedo recordar cuántas veces sucedió. Él dijo ‘serás el mejor ciclista que jamás haya existido’”.

De hecho, algunos compañeros, que fueron testigos de estos abusos, lamentaron el hecho de no ayudar al ciclista en su momento más difícil. “Dijeron que, ‘mirando hacia atrás, todos sabíamos realmente, y deberíamos haber hecho más para ayudarte’”.

Por otro lado, Wiggins cuenta que su odio por el ciclismo fue en aumento, aunque se convirtió en su religión para hacer frente al calvario que empezó a sufrir cuando era un niño. “Ahora no pago ningún interés por el ciclismo, no podría importarme menos. Ya no veo ciclismo. No tengo ningún interés en ello. Llenó un gran vacío en mi vida con miras a estar cerca de mi padre. La gente dice que es una pena que me haya desenamorado del ciclismo, pero nunca me enamoré de él, era como una religión”.