SEMANA SANTA

Dulces típicos de Semana Santa: cuáles son, dónde se comen y cómo se hacen

Las torrijas, los buñuelos o la mona de Pascua son algunos de los postres más característicos de la Semana Santa en España.

La Semana Santa es uno de los períodos más especiales del año en España. En este acontecimiento, miles de personas se echan a las calles para conmemorar los diferentes momentos de la vida de Jesucristo que se producen en esta época y que culminan con su muerte y posterior resurrección. Uno de los elementos más destacados que hay que resaltar acerca de esta época tiene que ver con la gastronomía.

Hay una gran variedad de postres que se realizan durante la Semana Santa en España. Dependiendo de la zona, se elaboran unos u otros o se realizan de una u otra manera. De esta forma, detallamos algunos de los platos más conocidos y típicos de nuestro país en uno de los períodos más relevantes del catolicismo.

Las torrijas, el plato por excelencia de la Semana Santa

Si hay un dulce típico en esta época del año, esa es la torrija. Antiguamente se usaba para acabar con el hambre de aquellos devotos que trabajaban en el campo, lo que suponía una forma de salvarles la vida. Hoy en día, es un postre que acapara la atención de los paladares de toda la población en nuestro país. En su caso, pueden llegar a existir hasta 29 variaciones, pero la que siempre funciona es la tradicional, la de leche, tal y como apunta Directo al Paladar.

Una de las preguntas más repetidas acerca de este plato tiene que ver con su elaboración. Primero, se debe meter la leche, el azúcar, la rama de canela y la piel de limón en un cazo pequeño. Eso sí, en el caso de este elemento hay que quitar toda la parte blanca. Se calienta este concepto, y se retira del fuego cuando empieza a hervir. Posteriormente, se tapa y se espera a que se enfríe. Tras esto, se empapan las rebanadas de pan, pero no demasiado, para evitar que se reblandezcan.

Las torrijas, uno de los dulces más típicos de la Semana Santa. Cézaro De Luca Europa Press

Tras realizar este acto, hay que dejar el pan en remojo durante 60 minutos o hasta que la leche sea absorbida por completo. Después, se baten los huevos en un lugar hondo, se pasan las rebanadas por las dos caras y se fríen con bastante aceite, eso sí, de oliva, que tenga una temperatura realmente alta. Tras voltearlas, se deben escurrir de forma metódica y colocar en papel que pueda secar para eliminar el exceso del elemento anteriormente mencionado. El azúcar juega un papel vital, ya que se deben mezclar 100 gramos con dos cucharadas de canela molida, y esta mezcla es usada para ser rebozada con las torrijas.

Las monas de Pascua, típica de Valencia, Cataluña o Aragón

Otro de los platos más típicos de la Semana Santa en nuestro país son las conocidas como monas de Pascua. Este dulce se puede encontrar en regiones como Murcia, Valencia, Cataluña, Aragón o Castilla-La Mancha. De hecho, su popularidad ha crecido tanto, que ya cuenta con variaciones, como el ‘hornazo’ que se prepara en Jaén o la conocida como ‘bolla’, que se lleva a cabo en el Principado de Asturias.

Este postre se suele tomar cuando acaba la Cuaresma, y suele ser en lunes, cuando el padrino toma la decisión de regalar a su ahijado este elemento, que cuenta con un elaborado proceso de cocinado. En primer lugar, hay que destacar la creación de lo que se conoce como ‘prefermento’, que se suele dejar preparado la noche anterior. En este caso, hay que mencionar que se disuelve en el agua la levadura y se mete la harina. Se mezcla sin amasar, se deja preparado en un papel film y se mete en la nevera.

La mona de Pascua, un dulce típico de Semana Santa.

Al día siguiente, en un recipiente de gran tamaño y profundidad, se añaden los huevos, tres en este caso, el aceite y agua de azahar. Después, se añade el ‘prefermento’, una ralladura de naranja, la levadura, azúcar y se remueve. Tras esto, se mete la harina, de forma gradual, y se sigue moviendo el recipiente. A mitad de este movimiento, hay que añadir una pequeña cantidad de sal. Tras esto, se debe colocar sobre una encimera que cuente con harina para poder conseguir una masa elástica. Tras conseguir la consistencia deseada, se hace una bola y se le deja reposar. Posteriormente, se leva en un lugar cálido, con el objetivo de doblar su volumen.

Cuando se lleve a cabo, se divide la masa en dos. Se hace un hueco en el centro de cada objeto, se coloca un huevo, se tapa una vez más, y se deja que aumente su volumen hasta el doble de capacidad. Se bate el último huevo y se empiezan a pincelar las monas de pascua. Se mezcla el azúcar con algo de agua, y, si se quiere añadir más sabores, agua de azahar. Se reparte el azúcar, y se cuece durante 25-30 minutos en la parte inferior del horno.

El panquemado, otra de las recetas más características

Por otro lado, hay que destacar la importancia del panquemado, un plato típico de la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia. A pesar de que tenga los mismos ingredientes que la mona de Pascua, su elaboración es muy diferente. A este respecto, cabe empezar con el desmigue de la levadura en leche tibia y una buena mezcla, con el objetivo de que esta se pueda disolver. Tras esto, se debe dejar fermentar durante 15 minutos, y, entre tanto, hay que frotar con las manos el azúcar con una ralladura de cítricos en un recipiente de gran tamaño. Se debe batir con huevos, aceite, si se usa, el anís, y la mitad de la harina destinada para este plato.

El panquemado, otro de los postres más típicos de la Semana Santa.BON VIVEUR

Posteriormente, a la levadura, se le debe añadir leche, y es en este momento, cuando hay que empezar a mezclar. La harina que queda, y, de forma opcional, la canela, se añaden en este período. Aquí, hay que trabajar la masa para que todo esté introducido en el plato y se debe amasar durante un tiempo estimado de 10 y 15 minutos, con el objetivo de contar con una textura lisa y elástica. Tras este proceso, se debe formar una bola, y colocarla en un recipiente grande, con aceite. Aquí, hay que tapar y dejar levar para aumentar su volumen el doble de capacidad, durante un tiempo aproximado que puede estar entre las dos y las tres horas.

Tras esto, se debe deshinchar la masa y se debe volver a amasar. Hay que formar otra bola y colocarla en una bandeja de horno con papel sulfurizado, mientras se bate un huevo, el que queda, y pintar esta masa. De nuevo, hay que levar el plato para que doble su volumen, en un lugar en el que no haya corrientes. Por último, hay que precalentar el horno a 200 grados, pintar de nuevo con el huevo batido y cubrir con azúcar, para hornear durante 25 minutos.

Los buñuelos, otros de los reyes de la cocina

Asimismo, cabe mencionar la importancia con la que cuentan los buñuelos, otros de los dulces más típicos de la Semana Santa en nuestro país. Elaborado en lugares como Castilla y León o Andalucía, uno de los postres más recurrentes de este período en España es este plato, que cuenta con un minucioso proceso de creación.

Los buñuelos de Cuaresma son los más habituales, aunque otra de las variaciones de este plato tan reconocido son los de viento. Nos centraremos en el proceso de elaboración de los primeros, más relacionados con la Semana Santa, tal y como indica su nombre anteriormente mencionado.

En primer lugar, se debe verter la leche en un pequeño cazo. Aquí, se le añade mantequilla, azúcar, anís en grano, vino dulce, una ralladura de limón y un poco de sal. En este momento, se debe calentar para que este elemento pueda entrar en proceso de ebullición y tras esto, se retira del fuego en el que se ha llevado a cabo. Tras este proceso, cabe mencionar que hay que añadir de un golpe la harina de trigo, y, posteriormente, se remueve de una manera muy enérgica para que se incorporen los diferentes ingredientes que se han ido añadiendo de forma gradual.

Los buñuelos de Cuaresma, un dulce característico de la Semana Santa en España.El Colombiano

Después de realizar este movimiento, hay que dejar enfriar de forma correcta la masa, sin perder la paciencia, para luego añadir el huevo y volver a remover para que esté bien mezclado junto al resto de componentes. Cuando se haya realizado, se debe introducir en una manga pastelera, se calienta una gran cantidad de aceite en la sartén y se deben freír pequeñas bolas en varias tandas. Estas tienen que ser de 10 como máximo.

Para evitar que no se quemen por fuera o se queden crudos por dentro, es importante realizar una prueba. Cuando estén bien hechos, se debe dejar escurrir a los buñuelos sobre papel sulfurizado. Solo entonces, hay que rebozarlos en azúcar o este y canela, como último paso antes de servirlos y que se pueda disfrutar de un delicioso postre típico de Semana Santa, tal y como apunta Directo al Paladar.

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