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Diana Di Meo, la árbitra italiana que denuncia una “porno venganza”

La joven de 22 años, que es asistente en categorías no profesionales de la región de Pescara, ha utilizado sus perfiles sociales para denunciar la pesadilla que vive.

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Diana Di Meo.

No es la primera vez, y lamentablemente es probable que no sea la última. La violación de la privacidad en internet se ha convertido en un hecho (delictivo) demasiado recurrente en los últimos tiempos y no son pocos los casos que salpican la actualidad de vez en cuando. El último ejemplo es de Diana Di Meo, una joven árbitra de 22 años que ha denunciado en sus perfiles sociales que está siendo objeto de una “venganza porno”.

Y es que Di Meo, adscrita a la AIA-FIGC de Pescara, donde ejerce de asistente en partidos de categorías inferiores y del fútbol amateur de la región, ha visto cómo varios vídeos suyos de contenido sexual circulan sin su consentimiento por Telegram y Whatsapp.

“Venganza porno. La venganza pornográfica, también definida como pornografía no consentida y también como abuso sexual a través de imágenes, es el acto de compartir imágenes o videos íntimos de una persona sin su consentimiento. Estoy aquí para hablar de eso”, comparte la joven en una publicación de Instagram.

“Espero dar voz a todas esas víctimas a las que se culpabiliza, cuando en realidad el culpable está al otro lado de la pantalla, disparando o ‘simplemente compartiendo’. Hoy la víctima soy yo, mañana podría ser una persona cercana que quizás ahora esté viendo los videos y sonriendo. Nunca es culpa de la víctima, recuérdalo”, zanja en el comentario que acompaña el vídeo.

“Obviamente he puesto una denuncia, están rastreando a los culpables y a los involucrados en compartir los videos”, explica Di Meo, que compagina su pasión por el arbitraje con sus estudios universitarios. “Llevaba dos días encerrada en la casa. Agradezco a todos las muestras de apoyo. Es una situación que no le deseo a nadie, estoy tratando de resistir pero no todos lo logran: debemos denunciar estos videos y las personas que siguen compartiendo estas cosas”, concluye la joven que espera que la justicia dé con los responsables de hecho, que podrían enfrentarse incluso a penas de prisión por un delito tipificado en el código penal italiano.