CONSUMO

¿Cuáles son las alternativas al aceite de girasol si no puedo comprarlo en el supermercado?

La situación bélica en Ucrania ya ha provocado que varios supermercados limiten las unidades que cada cliente puede adquirir y puede haber problemas de abastecimiento.

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¿Por qué la guerra de Ucrania y Rusia afecta al precio del aceite de girasol?

A pesar de que la industria española de aceites comestibles considera que en el corto plazo no hay peligro de desabastecimiento del aceite de girasol por la guerra, es posible que si el conflicto entre Ucrania y Rusia se alargara, como parece, habría que buscar otros orígenes para este producto, del que ambos países son sus mayores productores.

De hecho, la situación bélica ya ha provocado que varios supermercados limiten las unidades que cada cliente puede adquirir de aceite de girasol, que es perfecto para la fritura y su uso tanto en los hogares como en la hostelería es muy extendido por un precio más económico en relación, por ejemplo, al de oliva.

En este sentido, en el medio plazo es posible que haya que acudir al mercado argentino o sudafricano como alternativa, y en el largo plazo tratar de incentivar el cultivo en España del girasol y de otras oleaginosas para minimizar esta dependencia del exterior.

Pero si llegado el momento la situación obliga a buscar alternativas que no sean el aceite de oliva, hay opciones. “Hay un abanico de aceites vegetales comestibles amplio. En Europa (el mercado) está más abierto y en aceites de semillas no hablan sólo de girasol y a lo mejor hay que pensar en otros aceites que antes no pensábamos en ellos”, asegura a Efe Primitivo Fernández, director general de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac).

Aceite de orujo de oliva

El problema es que en España, a diferencia de lo que sucede en Europa, no se está tan habituado al consumo de aceite de maíz o colza, por nombrar algunos. Eso sí, siempre está la posibilidad de acudir al aceite de orujo de oliva, que según Oriva -la asociación que aglutina a los productores, industriales y comercializadores de este producto- “es el segundo mejor aceite vegetal, por detrás del aceite de oliva en cualquiera de sus variedades”.

“Es rico en ácido oleico, contiene antioxidantes y otros compuestos bioactivos con potenciales propiedades beneficiosas para la salud. Su calidad lo hace idóneo para utilizarlo en un mayor número de frituras que el resto de aceites sin alterar las propiedades de los alimentos, lo que lo convierte en un producto más que rentable para la hostelería y la industria alimentaria ya que garantiza unos fritos dorados, crujientes, ligeros y sabrosos”, zanja Oriva.