TELEVISIÓN

Cruce de ataques entre dos solteras en ‘First Dates’

La cita entre Beth y Judith no fue para nada como los guionistas del programa esperaban y las dos se cruzaron todo tipo de improperios desde el principio.

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Cruce de ataques entre dos solteras en ‘First Dates’

La última entrega de ‘First Dates’ deparó una de esas citas que perduran en el recuerdo de los aficionados al programa y que estarían, sin dudarlo, en un listado de las mejores de la historia del formato. Las protagonistas fueron Judith y Beth, dos solteras a las que tan solo les separaban dos años de distancia física.

La primera en entrar en el plató fue Judith. Con la ilusión y la incertidumbre del que espera el amor, contó nada más llegar que tiene tres hijos fruto de dos relaciones distintas con hombres. Sin embargo, ella desde pequeña sabía de su preferencia por las mujeres. “En su momento, pues en mi casa dije lo que me gustaba y se truncaron las cosas. Por eso con 13 años me fui de casa”, contó.

Terminadas las confidencias, Beth fue directa para conocer a su cita. No fue un amor a primera vista, eso es obvio. “Parece mi tía, que tiene casi 70 años”, pronunció Judith con maldad. A Beth tampoco le convenció la presencia física de su compañera de cena, como tampoco lo hizo su forma de vestir. “Esos encajes que lleva no van conmigo. Yo no juzgo que una persona esté más delgada o gorda, pero si yo estuviera así no vestiría así”.

A diferencia de lo que ha sucedido en algunas ocasiones, las dos se sentaron a cenar juntas. Un gesto de cordialidad que desembocó en varias de las faltadas más gordas que se recuerdan en el formato. La falta de sintonía era muy evidente, puesto que mientras una buscaba movimiento en su vida, la otra prefería la tranquilidad. Incluso sus respectivas opiniones con respecto a la pandemia de coronavirus eran radicalmente opuestas.

El petardazo definitivo de la cena fue el momento en el que Judith tuvo a bien agasajar a su cita con una pequeña actuación de canto, un detalle que no le gustó nada a Beth. “Casi se me cae el cielo encima. Esto es lo típico que veo en casa y pienso: ‘¿qué haces, subnormal? ¿No ves que estás haciendo el ridículo? Ella misma se habrá dado cuenta de que lo estaba haciendo”, zanjó antes de intercambiar el ‘no’ a seguir viéndose más rotundo de las últimas semanas.

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