JUSTICIA

Caso Alves: la frase que repetía una y otra vez la joven de 23 años mientras abandonaba la discoteca

La denunciante sufrió un ataque de ansiedad la primera vez que contó lo ocurrido y abandonó el recinto pronunciando “no me van a creer” una y otra vez.

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04/08/22 ENTRENAMIENTO DEL PUMAS PRETEMPORADA 

 DANI ALVES

El pasado viernes declararon en la Ciutat de la Justícia de Barcelona hasta ocho personas como testigos en el mediático caso Dani Alves. Todos ellos, de una manera u otra, forman parte de un proceso de investigación que intenta aclarar lo que ocurrió en la noche del 30 de diciembre en la discoteca Sutton de Barcelona entre el futbolista brasileño y una joven de 23 años que le denunció dos días después por una presunta violación en el baño. Entre los testimonios más importantes destacan los de las dos acompañantes de la denunciante, que han mantenido la misma versión que ya aportaron en sus primeras declaraciones para los Mossos d’Esquadra.

Según la acusación, Alves insistió en que la joven accediera con él a un baño y unas zapatillas blancas y un reflejo podrían ser la clave para que los peritos determinen qué ocurrió, si la presunta víctima entró por su propia voluntad como apunta la defensa o si, por el contrario, entró al baño tras las continuas llamadas del jugador y sin saber realmente qué eso era un lavabo. Sea como fuere, ambos permanecieron en el interior a lo largo de 16 minutos y eso es precisamente lo que se va a juzgar, una supuesta violación que provocó que la denunciante abandonara el establecimiento entre lágrimas y repitiendo la misma frase una y otra vez: “No me van a creer. No me van a creer”.

El relato no ha variado desde que presentó la denuncia hasta el día y La Vanguardia ha revelado algunos detalles para entender cómo fueron los instantes posteriores aquella madrugada. Y es que después de salir del baño la joven suplicó a su amiga y a su prima que abandonaran el establecimiento, pero tras acudir al guardarropa llegaría la angustia, un ataque de ansiedad y un llanto desconsolado que incluso le dificultaba el habla mientras trataba de explicarle lo ocurrido al jefe de seguridad de la discoteca.

El baño y una llamada de madrugada

La amiga de la presunta víctima aseguró en su primera declaración ante los Mossos en la Unidad Central de Agresiones Sexuales (UCAS) que no sabía que la puerta por la que accedieron Alves y la joven daba a un baño: “Si yo llego a saber que aquello es un baño, mi amiga no entra”. Una confesión que ratificó con rabia e impotencia ante la jueza y con la tristeza de no haber podido hacer nada en aquel momento. Eso sí, según recoge el medio anteriormente citado, insistió en que no sabía que era un baño: “De qué me salgo del reservado y hago una cola para acabar en un baño abarrotado y sucio si llego a saber que hay uno exclusivo y limpio en la zona en la que estoy. No lo sabíamos”, explicó. La joven bajó a la planta inferior para entrar a un baño junto a la pista de baile general, pues pensaba que aquella puerta era una salida de emergencia que algunos clientes podían utilizar para salir a fumar.

Además, La Vanguardia recoge que esa misma chica llamó a su jefe de madrugada para pedirle consejo sobre lo que debía hacer. El receptor de la llamada es responsable de un despacho de abogados de Barcelona y quiso mandarle un mensaje de tranquilidad, animándola a que lo importante en ese momento era cuidar de su amiga. El pasado viernes este letrado fue una de las personas que declaró en calidad de testigo y detalló todo el contenido de la llamada.