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Isabel Pantoja vende su ático de Fuengirola para pagar a Hacienda

La tonadillera vendió el año pasado el otro piso que poseía en la ciudad malagueña y que había anexionado al que ahora ha dejado de tener.

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Isabel Pantoja vende su ático de Fuengirola para pagar a Hacienda

No ha sido un año sencillo para Isabel Pantoja. Siguen pasando los días, los meses y los años y no parecen tener fin los problemas económicas de la tonadillera, cuya deuda asciende, tal y como publicó Lecturas hace un mes, a los 4.214.080′14 euros. A su vez, esta cifra está repartida entre los 2.700.000 que debe al banco, los 1.100.000 que debe pagar a Hacienda, 75.263 a Agencia Tributaria y otras deudas privativas que suman otros 338.816′16. Semejante déficit ha obligado a la cantante a tomar decisiones para poder subsanar parte de todo este dinero. La última, la venta de su ático en Fuengirola.

Este movimiento se ha producido 23 años después de su adquisición y constituía uno de sus inmuebles más reconocidos. Además, era el último piso que quedaba en su patrimonio. La historia de este se cuenta en dos líneas con idéntico final: la tonadillera compró dos áticos en la citada urbe malagueña que unió para crear una única vivienda. Resultó tener 200 metros cuadrados. Sin embargo, ambos se han esfumado con una velocidad sintomática del ajetreo económico al que le empujan sus deudas. Vendió uno el pasado año; ahora ha llegado el turno del otro.

Amplio y cerca de la costa

En un primer momento pidió cerca de un millón de euros, pero no hubo suerte. El primer golpe desafortunado fue la venta del anterior, que salió a subasta por 200.000 euros y, finalmente, se terminó cerrando la operación por 126.000 y con una deuda de 64.000 euros. Esto minó las esperanzas de la tonadillera, que ha obtenido por el segundo, finalmente, 275.000 euros. Según la citada revista, ambos fueron adquiridos por la misma persona.

El comprador se ha hecho con un conjunto que reúne los mencionados 200 metros cuadrados de superficie, repartidos en cuatro habitaciones, cuatro baños, un gran salón y la joya de la corona: una amplia terraza acristalada desde donde se otea el centro de la ciudad y la playa, a tan solo 80 metros de distancia del inmueble.

La operación ha sido una de las últimas acciones emprendidas por la tonadillera en lo que va de año para intentar aflojar una soga económica que ha disparado, además, la preocupación por su estado de salud. De hecho, a mediados de este mes la periodista Paloma García Pelayo confesó en Y ahora Sonsoles que la artista no se encuentra bien, pero que debe seguir cantando si quiere hacer frente a unas deudas que parecen interminables.