Así es Alejandra Rodríguez, la aspirante a Miss Universo Argentina de 60 años

Se ha repetido hasta la saciedad aquello de que el amor no tiene edad, pero menos se ha pronunciado una frase que casi se desliza de la máxima anterior: que tampoco existe cifra en carnet ni hoja de calendario arrancada que impida cumplir un sueño. Algo así debió rondar la cabeza de Alejandra Marisa Rodríguez justo en el momento en el que notó sobre sus hombros el suave peso de la banda que le otorgaba el título de mujer más guapa de Buenos Aires.

Podría ser esta una noticia sobre un certamen de belleza de no ser por un factor que se torna diferencial y que rompe muros invisibles, como una bola de demolición imaginaria: Rodríguez tiene 60 años. Todavía se puede rizar más el rizo: la otra finalista, con quien disputó el trofeo de la localidad y que garantiza el paso a la fina de Miss Universo Argentina, tiene 73 años.

Rodríguez es natural de la ciudad de La Plata. Su trayectoria profesional se ha desarrollado en el mundo de la abogacía, siendo, además, asesora legal de un hospital; para dar un giro radical a su currículum, también es periodista. “Le gusta la naturaleza, el Sol, la tranquilidad, sentarse frente al mar y escuchar el sonido de las olas, meditar... los animales (cree que tenemos que aprender de ellos)”, reza la descripción que de ella se hace en la cuenta oficial del certamen que acaba de ganar; sus gustos artísticos se encaminan hacia el tango y las “letras profundas”, así como “la poesía” y sin renegar a “salir con amigas y disfrutar los buenos momentos de la vida”. Para terminar el retrato, su frase favorita, atribuida a Juan Pablo II: “Un mundo sin Dios se construye contra el hombre”.

La ruptura de un estigma social

La inusual edad de las mujeres en las avanzadas instancias de estos torneos de belleza ha llamado poderosamente la atención de la prensa argentina, que no ha dejado de señalar esto como un caso que, lejos de definirse como meramente anecdótico, guarda una profunda razón de ser: se estarían rompiendo unos límites históricos a cuya comprensión se llega a través de unas ideas estéticas que la sociedad cumple sin miramientos.

“La belleza siempre estuvo relacionada con la juventud”, explica Diego Brandini, médico especializado en Gerontología, que se ha pronunciado ante varios rotativos argentos para sentenciar que la “realidad” detrás de este logro tiene una explicación médica y una conclusión visual. “Hoy las personas nos estamos cuidando más”, razona. Aquí la descripción también da algunas sanas pinceladas: “acostumbra a salir a caminar, hacer actividad física, consumir comida sana, preferentemente orgánica, y también cocinar siguiendo esas pautas”

Influye una mejor alimentación, hacer ejercicio y toda esa retahíla de buenos hábitos que sabiamente se han inculcado desde hace no pocas generaciones; pero también, y ese es el punto que quiere poner en valor Brandini, la buena gestión de las emociones. El buen cumplimiento de estas condiciones —la ganadora asegura que “le hace feliz viajar para descubrir nuevos paisajes, personas y culturas”— termina por otorgar al paso de los años un valor que da la vuelta a lo tradicionalmente establecido.

“Son cada vez más personas que muestran los atributos que les da la mediana edad y la edad madura, frente a un indicador que ya dice muy poco, que es la edad cronológica y biológica”, sentencia Brandini, cuya teoría puede escalar otra cumbre más si Rodríguez se corona como la mujer más hermosa de la Argentina.

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