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Ana Obregón revela quién se hará cargo de su nieta cuando ella falte

La presentadora ha vuelto a hacer su tradicional posado veraniego desde Mallorca, esta vez con la hija de Aless Lequio en brazos.

Actualizado a
Ana Obregón pasea junto al mar, a 25 de diciembre de 2022, en Marbella (Andalucía, España)
ACTRIZ;PASEO
Fredy Torra / Europa Press
  (Foto de ARCHIVO)
24/12/2022

Ana Obregón ha recuperado las ganas de vivir junto a su nieta Ana Sandra, la hija biológica del fallecido Aless Lequio que llegó al mundo hace ya unos meses en Miami mediante gestación subrogada. Con ella en brazos ha vuelto a protagonizar una de sus portadas más esperadas en la revista ¡Hola!, con su tradicional posado veraniego.

Así, desde El Manantial, su refugio de Mallorca donde tantos veranos pasó al lado de su hijo, construye nuevos recuerdos con la pequeña Anita y ha ofrecido una de sus entrevistas más personales. “Si no fuera por ella, yo no estaría aquí. Me ha dado la vida. Me la ha devuelto. Ella es lo que ha dado sentido a mi vida estos tres últimos años: luchar cada día por tener a Anita conmigo”.

“Es clavada, clavada, clavada a él. Pero no solo físicamente, sino de forma de ser. Tiene la misma risa alegre, agradecida, se porta increíble y es glotona, como era Aless”, explica la presentadora sobre su nieta, cuyo futuro ya ha previsto para cuando ella no esté.

“Ya tengo escrito en mi testamento quién va a cuidar de Anita cuando yo no esté. Va a ser Celia, mi sobrina. ¿Tú crees que esta decisión no la he meditado? Perdona, pero soy una mujer que tiene dos carreras: Biológicas y Dirección de Empresas… Todo está pensado desde el minuto uno. Celita era como la hermana de Aless y está enloquecida con Anita”, explica Ana Obregón.

“Ya lo he hablado con ella y le he dicho: ‘Ya está en el testamento: cuando yo no esté, tú vas a cuidar de Anita’. Mi sobrina Celia tiene 30 años. Va a cuidar perfectamente de Anita cuando yo ya no esté. Además, va a ser su madrina de Bautismo”, añade.

“Tiene todo lo que necesita. Esta es una niña doblemente deseada, porque la han deseado desde arriba, desde el cielo, y desde la tierra. Además, es superquerida porque está rodeada de tíos y primos que vienen a verla a casa, que están enamorados de ella. Y tiene ya dos primitos y los que vengan…, porque, claro, sus tíos están todos entre los 15 y los 28 años. ¡Imagínate! A esta niña no le va a faltar nunca ni amor, ni dinero, ni nada de nada. Va a ser muy querida por toda la familia, que somos una piña”, cuenta la presentadora a la revista.

Ana Obregón y su nieta.
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Ana Obregón y su nieta.Instagram Ana Obregón

Recuerdos en El Manantial

Aunque la presentadora se muestra feliz con su hija legal en brazos, confiesa que tenía respeto por estas primeras vacaciones en una casa tan importante para ella como es El Manantial. “¡Estoy feliz, feliz! Yo sabía que al volver a El Manantial tendría que enfrentarme a un montón de sentimientos encontrados. Porque date cuenta de que el verano pasado fue el último de mi padre aquí, dos veranos atrás fue el último de mi madre y hace tres fue el último de mi hijo. Aless adoraba esta casa. Nos decía: ‘Pase lo que pase, esta casa no se vende, porque yo quiero que mis hijos disfruten de ella igual que la he disfrutado yo’”. Y mira, su sueño se ha cumplido”, explica Ana Obregón.

“Aquí está su hija, como él quería. Si Anita no existiera, yo ya no habría vuelto a El Manantial. Nunca jamás. Hubiera sido imposible estar aquí en su ausencia, con tanto dolor. Pero en cambio mira, aquí estoy con esta princesa que es una bendición, un milagro de verdad”, dice mientras presume de la pequeña.

“Mírala. Me dice el pediatra que está en el percentil 98. Es altísima. Como su padre, claro, que era también muy alto. Aless medía un metro noventa y cinco. Anita es hermosa, es una muñeca, risueña, feliz, se pasa el día riéndose. Es clavada a él. Pero no solo físicamente, sino de forma de ser. Tiene la misma risa alegre, agradecida, se porta increíble y es glotona, como era Aless”, explica.

Ana Obregón posa junto a su hijo, Aless Lequio.
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Ana Obregón posa junto a su hijo, Aless Lequio.

Las críticas por su maternidad

Ana Obregón también ha hablado de las críticas que recibió tras conocerse que había sido madre legal de Ana Sandra. “Mira, cuando tienes que enterrar a un hijo, ¿tú crees que hay algo que te vaya a doler? No te duele nada más. Entonces, no me importa absolutamente nada lo que diga nadie. Me hace cosquillas. Porque la gente lo que tiene que hacer es ponerse primero en mi piel con empatía. Y yo, a las personas que me han criticado, les deseo amor. Todo el amor del mundo, porque les falta mucho, muchísimo amor. Esta es una niña que ha nacido con amor, con el amor más infinito que puede haber: el de una madre que quiere cumplir la última voluntad de su hijo”.

Era la última voluntad de Aless y la dejó escrita y firmada en un testamento ológrafo. Lo escribió él, a pesar de que no podía casi ni escribir, porque fue dos semanas antes. Lo escribió delante de su padre y de mí: ‘En caso de que yo no esté, quiero que utilicéis las muestras que están en Nueva York para tener una hija en este mundo’. Ahora estará desde el cielo contemplando a su niña y cuidando de ella”, relata.

Ana Obregón, con su hijo y su madre.
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Ana Obregón, con su hijo y su madre.

Trámites para traerla a España

También se ha pronunciado acerca de los trámites para traer a la pequeña a España. “Hay mucha gente… La mayoría no gracias a Dios, pero hay algunas personas bastante ignorantes. ¡Cómo no voy a poder traer a España a una niña que es americana! Pues como todos los americanos que vienen o todos los que vienen de cualquier parte del mundo. Mi niña tiene su pasaporte americano, que me lo han dado en Estados Unidos, sin ningún problema, en la Corte, en el juzgado, donde consta que yo soy la mamá adoptiva, pero genéticamente soy su abuela. Aquí, dentro de poco, la inscribiré también sin ningún problema”.

“Es curioso porque realmente yo no entiendo muy bien que algunos políticos se pongan tan enfrente de esto. Yo respeto la opinión de todo el mundo, pero no entiendo el juzgar. Juzgar, juzgan Dios y los jueces y nadie más. ¿Quién eres tú para negar a nadie el derecho a ser padre? ¿Tú quién te crees que eres? Yo respeto las leyes en España, donde la subrogación no es legal, pero en otros países sí lo es. Además, a una mujer que decide hacer una subrogación nadie le pone una pistola en la cabeza, lo hace desde el amor y desde la libertad. Cada ser humano puede hacer con su cuerpo lo que quiera y traer un niño al mundo es una cosa bonita. El milagro de traer una nueva vida al mundo es una bendición. Que la gente opine, vale, lo respeto. Pero, por favor, no juzgues”, añade.

Sobre su edad, cuenta: “Aquí Robert de Niro ha sido padre a los 79 y Al Pacino a los 83. Y la gente dice: ‘No, pero es que su mujer tiene 30′. Y digo yo: ‘Ya, y mi hijo tenía 25′. ¡Qué tonterías me estáis diciendo! ¿Quién tiene la vida garantizada? Y nuestro Bertín, con 70, que va a ser papá y abuelo a la vez. Pues me parece genial, ¿quién soy yo para juzgar nada? ¿Quién soy yo para juzgar la bendición que es una nueva vida? ¿Pero dónde está el corazón de la gente? Es que yo flipo, de verdad es que flipo. Qué machismo más enorme”.

Ana Obregón en el aeropuerto junto a la pequeña Ana Sandra Lequio.
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Ana Obregón en el aeropuerto junto a la pequeña Ana Sandra Lequio.Raúl Terrel Europa Press

Sobre la posibilidad de darle un hermano

Ana Obregón comentó también acerca de la posibilidad de darle un hermano a la pequeña Ana Sandra, algo que ella dijo ahí atrás que no descartaba. “Sí, dije que no estaba cerrada a esa posibilidad. Pero un bebé es una dedicación de 24 horas, sin descanso, y en este momento no lo sé. Pero me lo voy a pensar, que mi niña tenga un hermanito o una hermanita. Lo que pasa es que tiene once tíos y todos ahora se van a casar y van a tener bebés. Va a ser una niña con 20 primos de su edad y once tíos”.