Álex González, agobiado por su situación sentimental: “No puedo evitar pensar, joe, tengo 43 años y estoy soltero”
El actor ha dado una entrevista a ‘El País’ en la que ha descubierto su lado más personal y hablado incluso de la posibilidad de ser padre.
Con guasa, Álex González se está empezando a dar cuenta de que se hace mayor. ¿En qué lo nota? En que le caen papeles de padre. En The other side (Disney+) interpreta a Andrés, un policía viudo a cuya hija da vida la actriz Clara López, de 13 años. “Cuando la conocí, pensé: ‘Muy mayor la niña, ¿no?’ Luego me di cuenta de que la podría haber tenido con 30 años, que es lo normal”, dice en una entrevista a El País.
Algo que traslada a su vida personal y le entrar el vértigo: “No puedo evitar pensar, joe, tengo 43 años y estoy soltero. Si quiero tener hijos, qué mínimo que cuatro años de conocer a alguien. Y buf, ahí ya me empiezo a agobiar”. Pero no pierde la esperanza: “Sigo creyendo en el amor”, dice.
Pero no se ve ‘viejo’: “Sigo haciendo las mismas cosas que cuando tenía 20 años a nivel deportivo, que es lo que más me gusta, pero con la madurez y la experiencia que te dan los años”, dice. “Me gusta construir. Todo: relaciones, negocios, proyectos, familia, amigos... Es mucho mejor profundizar en una persona que estar en la superficie de varias. En todos los sentidos”, agrega.
Y recuerda que también ha tenido malos momentos en la vida: “Hace poco he vivido la enfermedad de tres seres queridos muy de cerca y también ha sido un antes y un después. La gente siempre dice que de algo hay que morir, pero no es tan fácil. Puede ser algo muy lento y muy doloroso y muy largo. Me ha cambiado no solamente por estar en contacto con la pérdida, sino también por darle vueltas a cómo quiero cuidarme. No se trata solo de algo físico y de hacer deporte, sino que he empezado a pensar en la longevidad y en cuidarme para vivir con calidad no solamente por mí, también por los míos, por los que lo sufren”, constata.
Sus inicios
En su charla con el periódico, el reconocido actor español habla también de sus inicios en la profesión: “Cuando estaba en la escuela de Juan Carlos Corazza, mis compañeros eran de fuera y todo el mundo decía: ‘Bueno, yo estudio aquí y si no me sale vuelvo a casa’. Yo era de Madrid y ya vivía solo y no sentía que pudiese volver a ningún sitio. En mi caso, o me salía o me salía. No podía no salirme, no tenía un plan B. Y eso es lo que más gasolina me ha dado para poder vivir de esto”.