Gustavo González, roto al descubrir los negocios ocultos de María Lapiedra
El popular paparazzi se rompe en pleno directo de ‘Sálvame’ tras ver cómo su pareja sigue haciendo striptease a sus espaldas. “Quiero llorar”, se lamenta.
No ha sido una tarde nada fácil para Gustavo González después de que ‘Sálvame’ desvelara una bomba informativa que llevaba anunciando toda la tarde. El paparazzi, que está preparando su boda con María Lapiedra, se enteraba en pleno directo -previa retirada de su teléfono móvil- de una supuesta traición protagonizada por su pareja y que le caía como un jarro de agua fría.
El programa de Telecinco descubría este mismo jueves que la televisiva negociaba stripteases y bailes privados a espaldas de su prometido. Una información que dejaba al colaborador destrozado y sin saber qué decir. “Para mi es como una deslealtad. Se puede vivir con poco dinero”, llegaba a pronunciar después de varios minutos en silencio y con el semblante completamente desencajado. “Yo necesito confianza y tranquilidad. Esto es algo que tengo que superar. Esto para mí es algo terrible. Esto evidentemente… Es que es terrible. Es terrible y no puedo decir otra cosa”, añadía. “A ver… A no ser que sea cuando yo no estoy, cuando yo estoy trabajando… El resto del tiempo estamos siempre juntos”, continuaba diciendo.
Lejos de quedarse ahí el asunto, el resto de colaboradores inundaron a Gustavo González de preguntas para lograr entender cómo es su actual relación con la que fuera actriz de cine para adultos. “A mí nunca me ha hecho un striptease. Ni siquiera cuando la conocí. Me da asco, pero asco”, respondía.
El caché de María Lapiedra
‘Sálvame’ ha querido ir más allá y desvelar la cifra que estaría pidiendo María Lapiedra para sus bailes a espaldas del paparazzi. Según desvelaba Carlota Corredera, la televisiva cobraría 1.500 por bailar. “No la reconozco. No reconozco la vida que llevamos ahora. No la entiendo. No entiendo nada. Me da igual que sean 1.500 que 8.000 euros. La cantidad es lo de menos. Para mí es la desconfianza que ha sembrado y que para mí va a ser muy difícil, o quizá imposible, volver a tener confianza”, repetía Gustavo tras conocer esta información. “No estoy cabreado, estoy decepcionado y triste”, añadía para zanjar el tema.