Max Verstappen disfruta de las sobras de Richard Branson, fundador de Virgin
El actual líder del Mundial de Fórmula 1 disfruta de una lujosa vida gracias a un salario que este año le puede reportar hasta 36 millones de euros.
No es el piloto mejor pagado de la parrilla, pero en la actualidad sus méritos hacen presuponer que no tardará mucho en serlo. Max Verstappen, a sus 24 años, está viviendo un momento muy dulce en su carrera deportiva ya que a estas alturas lidera la clasificación del mundial de Fórmula 1, con una ventaja de 19 puntos sobre Lewis Hamilton, tras imponerse en el Gran Premio de México.
El neerlandés, que mantiene una relación con Kelly Piquet, hija de Nelson Piquet, histórico piloto brasileño, disfruta de una vida acomodada repleta de lujos gracias a un salario que este año le puede reportar hasta 36 millones de euros si logra una serie de objetivos estipulados en su contrato con Red Bull.
Verstappen, al que se le presume una fortuna que supera los 50 millones de euros, vive en un exclusivo apartamento en Mónaco al igual que otros compañeros de profesión y dispone de una impresionante colección de vehículos en la que destacan varios Aston Martin y a la que pronto se unirá un nuevo modelo de la marca, el Valkyrie, valorado en más de dos millones de euros.
Las sobras del dueño de Virgin
Sin embargo, entre sus pertenencias destaca un Falcon-900EX que adquirió de segunda mano el año pasado por la nada despreciable cantidad de 14 millones de euros -más un millón anual en mantenimiento- que tenía un ilustre propietario según informa The Sun.
Y es que el jet privado pertenecía al magnate Richard Branson, propietario de Virgin. Y evidentemente no le falta detalle. Fabricado en 2008, fue remozado completamente antes de ser entregado a su actual propietario y tiene una autonomía de 8.750 kilómetros con una velocidad de crucero de 850 km/h.
Con capacidad para 12 pasajeros, dos de los asientos se pueden convertir en cama para facilitar el descanso. De igual forma, posee varias mesas acondicionadas para disfrutar de un tentempié, tiene un pequeño mueble bar y dispone de baño. Un capricho solo al alcance de unos pocos privilegiados.