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Qué fue de Adrien Brody: de conmover al mundo con 'El Pianista' a llorar por un trozo de pizza

El actor neoyorquino, que ganó el Oscar por su impecable papel en El Pianista, ha mantenido un perfil bajo en los últimos años en los que ha compaginado su carrera con el arte y diversas causas benéficas.

Adrien Brody.

Hay papeles que marcan una carrera. E incluso una vida. Hay personajes que si se le presentan a un actor en el lugar y el momento adecuado son un verdadero regalo. Como le sucedió a Adrien Brody cuando Roman Polanski le reclutó para interpretar al polaco Wladyslaw Szpilman en El Pianista (2002), una conmovedora cinta sobre la ocupación nazi de Varsovia y la lucha por la supervivencia en medio del caos.

Un papel de esa categoría, en el que Brody está simplemente impecable, es difícil que se le presente a la mayoría de los actores y más complicado si cabe que le suceda al mismo intérprete. "Me gustaría poder hacer algo mejor que El pianista, pero no sé si va a suceder, por lo que aún lo considero solo una bendición, no una maldición. Me dieron una oportunidad que pocos han tenido en su vida”, aseguraba a El País, hace poco más de dos años.

Desde entonces no soy el mismo. Recuerdo volver a casa tras seis meses de trabajo en la película y bajar a mi pizzería preferida a por un trozo de pizza. Eso era algo que daba por hecho toda la vida: bajar, pedir pizza, comerla. Y de golpe caí en lo que significaría no poder siquiera permitirte ese lujo. Me puse a llorar a la salida. Me apoyé en un buzón y empecé a llorar desconsoladamente, fue una epifanía. Me sentí fatal por no haber admitido antes el lujo que es un trozo de pizza y poder tomarla cuando te apetece” añadía el actor, al que tampoco hay que considerar un ‘one hit wonders’ o lo que es lo mismo, un actor de un solo éxito. Ni mucho menos.

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"Me dieron una oportunidad que pocos han tenido en su vida. Desde entonces no soy el mismo"

Adrien Brody

De hecho, antes de que tirara la puerta abajo con la cinta de Polanski, Adrien Brody ya llevaba a sus espaldas una sólida trayectoria cinematográfica con trabajos como Natural Born Killers (1994) o La delgada línea roja (1998). Aunque es cierto que después de El Pianista no ha sabido encontrar por momentos su sitio en la industria.

Y es que la filmografía del estadounidense incluye blocbusters como King Kong (2005), alguna excentricidad como Manolete (2007) y varias películas que en general pasaron sin más pena ni gloria. Lo que no implica que haya participado a las órdenes de directores de reconocido prestigio como Wes Anderson (Viaje a Darjeeling y El Gran Hotel Budapest) o Woody Allen (Midnight in Paris).

Muy recordada, y aclamada también, es su participación en la serie Peaky Blinders como el mafioso Luca Changretta. Así que, no. No se puede decir que Adrien Brody haya desaprovechado por completo su talento.

Más allá del cine: de Elsa Pataky al arte

Obviamente, su recorrido vital no se reduce solo a su carrera cinematográfica, ya que también ha sido noticia alejado de las cámaras. Muy sonado fue su romance con la española Elsa Pataki y recientemente se le ha relacionado con Georgina Chapman, exmujer de Harvey Weinstein. No obstante, el actor siempre ha mantenido un perfil bajo y ha procurado mantenerse al margen de polémicas.

También es conocido su activismo en defensa de varias causas sociales y ha colaborado con organizaciones como UNICEF, Save the children, PETA, entre otras. Especialmente desconocida es su faceta como artista, algo que no le debería extrañar a nadie si tenemos en cuenta que su madre Sylvia Plachy, es una famosa fotógrafa, y su padre, Elliot Brody, es un profesor jubilado de historia y pintor.

De hecho, su debut oficial como artista se produjo en 2015 con su primera serie de arte recreacional y de pinturas titulada ‘Hot Dogs, Hamburgers, and Handguns’. Su segunda incursión en el mundo del arte, titulada ‘Hooked’, fue presentada en el Art New York en mayo de 2016. Y dos años después presentó una nueva instalación de arte llamada ‘Metamorphosis: Transformations of the Soul’ en el Art New York 2018.

En la piel de un mito del baloncesto

Pero, ¿qué ha hecho desde entonces el neoyorquino? Pues, a diferencia de lo que pudiera parecer, no ha dejado de trabajar y en los próximos meses tendremos novedades sobre los proyectos en los que ha estado implicado en los últimos años y que en algunos casos su estreno se ha visto retrasado por la pandemia.

Así, Brody ha vuelto a trabajar con Wes Anderson en The French Dispatch, cuya proyección está prevista el 22 de octubre dentro de la Selección Oficial el Festival de Cannes. También le podremos ver en El Tonto, escrita y dirigida por Charlie Day, o en Blonde, del director Andrew Dominik, que trata sobre la vida de Marilyn Monroe, interpretada por Ana de Armas, y que será estrenada en algún momento de este año en Netflix.

Adrien Brody interpretará a Pat Riley.
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Adrien Brody interpretará a Pat Riley.STREETER LECKAAFP

Pero eso no es todo. El neoyorquino se unirá al elenco de la tercera temporada de la aclamada serie Succession y ha firmado recientemente un contrato con HBO para ponerse en la piel de uno de los mitos del baloncesto, Pat Riley, el icónico entrenador de los Lakers de la década de los ochenta y actual presidente de los Miami Heat. Franquicias con las que ha logrado cinco anillos de campeón de la NBA, bien a pie de cancha o desde los despachos. La serie estará ambientada en la gloriosa época angelina de Riley y Adrien Brody tiene ante sí una nueva oportunidad de brillar.