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Rocío Carrasco llegó a temer por su vida viviendo con Rocío Flores: "Tenía pánico"

La joven ha analizado las horas posteriores a la paliza que recibió de su hija y la denuncia de esta con el deseo de que fuera a la cárcel por algo que no había hecho.

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Rocío Carrasco llegó a temer por su vida viviendo con Rocío Flores: "Tenía pánico"

Rocío Carrasco ha continuado relatando las consecuencias de la paliza que le propinó su hija Rocío Flores el 27 de julio de 2012, un testimonio desgarrador que ha ocupado la novena entrega del mediático documental 'Rocío: contar la verdad para seguir viva'. La protagonista ha analizado las horas que siguieron a una agresión que le hizo perder la consciencia y por la que tuvo que ser trasladada al hospital.

Según su declaración, Rocío Flores tenía un motivo evidente para gritar "no me pegues" mientras era ella la que estaba propinando golpes: "Porque ella, según me está pegando, tenía el móvil abierto, el que le ha dado su padre el día 11, el día de las medidas provisionales. Quién estaba al otro lado el teléfono no lo sé. Ella me gritaba 'no me pegues, no me pegues', chillándome. Yo le decía 'para, para, mi vida', pero ella no paraba", detalló.

Como es lógico, la hija de Rocío Jurado tiene grabado ese momento en su memoria, la reacción de su hija después anunciándole a su padre que "ya está hecho" y lo que ocurrió después, en el coche. "A continuación, el padre le dice a la niña que le pase el teléfono a Paco y le dice que tiene que llevar a su hija al cuartel de la Guardia Civil. Paco le dice que él no va a hacer eso, que a él lo he contratado yo para llevarla al colegio y el padre le dice que o la lleva al cuartel o que lo va a denunciar, y entonces él le dice que él no tiene problema y que haga lo que crea conveniente. Paco lleva a la niña al colegio, en el trayecto yo llamo a Paco porque necesitaba ir al hospital. Tenía un ataque de pánico, las pulsaciones no me bajaban y Fidel no me podía llevar porque no quería que mi enano (su hijo David) me viese en esa situación".

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"Paco tarda en recogerme un rato porque no se fía de que la niña se escape del colegio. Me dijo: 'Voy a esperar a que salga de clase'. Y me pidió que llamara al colegio y me asegurase de que la niña estaba dentro. Hablé con su tutora, que ya sabía muchas cosas, y yo a ella le cuento lo que ha pasado. La niña dice que se quiere ir con su padre y pone al teléfono al padre con el director del colegio y este le dice que la niña no puede salir sin que su madre lo autorice ya que estaba conmigo y el padre le dice que va un amigo suyo a recogerla. El director me llamó y le dije: 'Vale, la niña no puede volver a mi casa, si el padre ha dicho que se la lleve quien sea y el padre lo autoriza que se la lleve", aseguró, nuevamente poniendo en el foco a su exmarido como estratega de todo lo que ocurrió.

"Creo que no se arrepiente"

Rocío Carrasco cree que su hija no se siente responsable de nada de lo que ocurrió aquel 27 de julio de 2012 y que el exguardia civil no se arrepiente: "Es una muestra más del daño que es capaz de infligir en los demás. Yo creo que no se arrepiente. Yo tristemente creo que no se arrepiente", declara. Ese día fue el último que se vieron madre e hija, pero después mantendrían una dura batalla legal que también se analizó en el noveno episodio.

Las acusaciones de Rocío Flores para que su madre fuera a la cárcel

La joven, tras la agresión de aquel julio de 2012, le puso una denuncia a su madre por malos tratos continuados con la firma también de Antonio David Flores. En el documento, Rocío defiende que su madre le ha pegado, tirado al suelo, agarrado y cogido por el cuello, que la ha retenido en su casa... "Dice de todo lo habido y por haber", confiesa Carrasco. Ella se niega a declarar ante las autoridades porque no quiere denunciar a su hija: "Me da pena de mí, de mi marido, que tuviera que vivir eso, me da pena de ella, de que fuera capaz de pertenecer a algo tan... tan bárbaro".

El que sí declara es Fidel Albiac como testigo, tratando de poner en antecedentes el comportamiento de Rocío Flores. Ya en el juzgado, la fiscal le dice a la jueza que informe al Juzgado de Menores y "se investigue a la niña por un posible delito de malos tratos", lo que suponía un giro en el caso que se trataba hasta ese momento. Antonio David pide entonces unas medias cautelares para que su hija no pueda regresar con su madre, y Rocío Carrasco tenía claro en ese momento que por supuesto que no podía volver a su casa: "Si no las pides tú las pido yo. No puede volver a mi casa. Pero eso lo ha utilizado mediáticamente para decir que hay un hecho truculento en mi vida por el que mi hija no puede volver conmigo", declaró. Además, aseguró haber tenido "pánico" de su hija porque no la conocía.

"A mí me duele tanto la paliza como el hecho de que ella me quisiera meter en la cárcel", sentenció. "A mí me duele el saber que una hija mía, que ha estado nueve meses aquí dentro, sea capaz de querer ver a su madre en la cárcel por algo que no ha hecho. Eso es lo que a día de hoy todavía me mata, me mata por dentro".