OBITUARIO

Muere la actriz Amii Lowndes a los 29 años por una enfermedad no diagnosticada

La joven falleció en el jardín de la casa de sus padres a causa de unas convulsiones por una epilepsia que no le hallaron hasta después de su muerte.

Muere la actriz Amii Lowndes a los 29 años por una enfermedad no diagnosticada

La actriz Amii Lowndes ha fallecido este fin de semana con tan solo 29 años por las convulsiones derivadas de una enfermedad que no le habían diagnosticado. La joven sufrió un colapso en el jardín de la casa de sus padres debido a la SUPED, la muerte súbita inesperada en la epilepsia, y nadie pudo hacer nada por reanimarla. Sin embargo, lo más doloroso es que ya había sufrido semanas atrás convulsiones similares y los médicos no habían podido determinar por lo que estaban causadas.

La familia de la intérprete concedió algunas declaraciones para el tabloide británico Mirror en las que aseguraban que en ningún momento imaginaron que los ataques que venía sufriendo podrían terminar matándola. Su madre, Bea, aseguró que la primera vez que sufrió una convulsión se produjo en 2018, pero solo pudo saber lo que padecía después de que certificaran su muerte.

"Perderla nunca estuvo en las cartas. Le encantaba la diversión, estaba llena de vida y tenía muchas ideas. Sentimos su pérdida en todo momento. Nada traerá de vuelta a Amii, pero si podemos salvar a otra familia que esté pasando por nuestro dolor, valdrá la pena", agregó Bea.

Amii tuvo papeles en series como 'Doctor Who', 'Skins' o 'Las reglas del amor' y su triste fallecimiento ha provocado una gran conmoción en Reino Unido. Sin embargo, voces especializadas se han apresurado a afirmar que no se puede considerar que la falta de diagnóstico fuera una negligencia que provocara la muerte de la joven de 29 años.

Cabe señalar que Lowndes sufrió un ataque el pasado mes de mayo tras haber estado encerrada por las restricciones para combatir la COVID-19, pero un neurólogo no pudo diagnosticarle que padecía epilepsia a pesar de tener síntomas típicos de la enfermedad, según la forense. Un mes después, los médicos aseguraron que era "poco probable" que la ausencia de tratamiento pudiera provocar la muerte y el profesor David Chadwich confirmó que no se podía anticipar el "trágico desenlace".