EN UNA ENTREVISTA

Fernando Simón habla de sus aventuras románticas: "Soy un tipo muy enamoradizo"

En una entrevista con los hermanos Pou a través de Facebook, el epidemiólogo se abrió sobre algunos asuntos personales como las locuras que ha hecho por amor.

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Fernando Simón habla de sus aventuras románticas: "Soy un tipo muy enamoradizo"

Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, se ha convertido desde el estallido de la crisis sanitaria en Europa el pasado marzo en una de las personalidades públicas de las que más se ha hablado en lo que llevamos de año. La labor del zaragozano como portavoz del Ministerio de Sanidad en la lucha contra el coronavirus en nuestro país le ha colocado en la primera línea mediática, y al margen de lo profesional, cada vez son más los detalles personales que se conocen sobre él.

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Ayer el epidemiólogo participó en una larga charla de hora y media con los escaladores Iker y Eneko Pou a través de Facebook Live, y durante la conversación, además de repasar la actualidad de la pandemia en España y de abordar algunos asuntos sociales relacionados (como las formas alternativas de ocio nocturno o las relaciones sexuales en la 'nueva normalidad'), también tuvo tiempo de hablar sobre sí mismo de una forma más distendida y relajada.

Entre otras cosas, Simón reconoció con franqueza que se considera "un tipo muy enamoradizo". Y respondiendo a la pregunta de los Pou sobre si alguna vez había llevado a cabo "alguna locura por amor", no dudó en contestar afirmativamente. "Yo cada vez que me enamoraba hacía alguna tontería", aseguró, antes de lanzarse a narrar una anécdota en particular.

Y es que, aunque admitió que a lo largo de su vida había tenido "muy poquitas" novias, por una de ellas llegó a poner en riesgo su propia integridad física. Según ha contado, cuando tenía 16 o 17 años y todavía vivía con sus padres, estos residían en un bloque de pisos, en un octavo. Y por entonces, Simón tenía "una novieta" que a su vez tenía una amiga que vivía en el apartamento de al lado, es decir, a la misma altura que el piso de la familia Simón.

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 Una noche, la chica que había conquistado el corazón del epidemiólogo estaba durmiendo allí, en casa de la mencionada amiga. Así que, a través de los balcones, Simón y ella estuvieron conversando un rato, hasta que al epidemiólogo le entraron ganas "de ir a darle un beso" y no se le ocurrió otra cosa que tratar de alcanzar la terraza vecina pasando desde la suya propia, a ocho pisos del suelo y "agarrándome como pude".

Desafortunadamente, el desenlace de semejante historia no ha dejado mucho rastro en la memoria de Simón: "No recuerdo ahora mismo si llegué para darle el beso o me volví antes de tiempo, pero ahí fui yo por el alféizar que, si me llega a ver un guardia me pone una multa, me imagino". Eso sí, el director del CCAES ha dejado muy claro de que, de entre todas las mujeres ante las que ha caído rendido, "de la que más enamorado he estado nunca ha sido de María, de mi mujer".