Manuel Carrasco tuvo que ir a juicio "por tirar una pandereta al público"

Ser un ídolo musical con miles de fans que pierden la cabeza por tu figura (y todo lo que tenga que ver con ella) puede llevar a experimentar situaciones de lo más excéntricas e inverosímiles. Las locuras que son capaces de hacer los admiradores de los cantantes forman un registro novelesco de lo más particular, pero pocos episodios tan surrealistas habrá a este respecto como el que le tocó vivir a Manuel Carrasco.

El artista andaluz acudió ayer por la noche a 'El Hormiguero' para dar a conocer toda una batería de novedades: en primer lugar, Carrasco desveló la fecha del último concierto de la gira en la que está embarcado en la actualidad, 'La Cruz del Mapa' y que tendrá lugar en Sevilla, en el Estadio de la Cartuja, el próximo 19 de septiembre. Además, el onubense presentó también el CD/DVD del concierto que dio en el Wanda Metropolitano este verano.

Pero más allá de toda la promoción, uno de los momentos más llamativos de su entrevista con Pablo Motos llegó con el relato de una anécdota de lo más particular, que obligó al cantante, tras uno de sus shows, a tener incluso que ir a declarar a un juzgado. Fue el propio presentador el que le pidió que la contara en el plató: "¿Es verdad que fuiste a un juicio por una pandereta?", le preguntó, antes de añadir que "Eso no lo puede decir cualquiera".

Carrasco respondió afirmativamente, admitiendo que había tirado una pandereta al "público" en un concierto y empezó entonces a contextualizar la situación: "No sabía porque tenía que ir a la vista, solo me dijeron que había presenciado una pelea". Y es que al parecer, la cuestión que se estaba gestionando en el juzgado no era el lanzamiento del instrumento por parte del cantant, sino la encarnizada lucha que se dio a continuación entre dos de sus fans para hacerse con el preciado objeto.

El artista se personó en el correspondiente juzgado de Madrid y, según narró, la jueza le preguntó lo siguiente: "De estas dos personas, ¿a quién se la diste?", refiriéndose, claro está, a la pandereta. Carrasco manifestó que lo de la pandereta era una costumbre que había incorporado a todos sus shows, y que por tanto, no se acordaba de ninguna de esas dos chicas en concreto.

La hilaridad de fondo de la situación terminó por afectar a la propia jueza, que Carrasco asegura que "aguantó el tipo, se rió un poco porque eso no era normal". El cantante concluyó su historia declarando que, aunque desconocía el resultado de la sentencia, no había vuelto a tirar panderetas en sus conciertos desde entonces.