UN LOOK 'LETAL'

Kim Kardashian confiesa el infierno que vivió en la MET Gala debido a su corsé

La empresaria ha contado que acabó con moratones y que necesitó dar clases respiratorias para poder embutirse en la prenda.

Ser una celebridad como Kim Kardashian tiene sus complicaciones. Más allá de los evidentes beneficios de un estilo de vida solo puesto al alcance de bolsillos millonarios, la necesidad de estar a la altura de los propios estándares impuestos para conseguir que no decaiga nunca el interés mediático que se suscita, supone un desafío constante. La hermana más famosa del clan ha sabido mantener su imperio sin que nadie le haga sombra a lo largo de ya muchos años, y parte del secreto se encuentra en su capacidad para saber sorprender al público con asiduidad.

 Y la MET Gala, una de las citas más glamurosas y que más atención despiertan del planeta, supone año tras año una oportunidad espléndida para apostar por una imagen original y destacar entre la multitud de celebrities que se pasean por el evento. Y en esta pasada edición, celebrada a principios de mayo, Kim volvió a dejar patente su singular idilio con la moda de mano de un estilismo que se convirtió en uno de los más comentados de la ocasión: un ajustado modelo de estética nude 'mojada' y adornos en forma de gotas de agua firmado por el diseñador Thierry Mugler, y que además parecía desafiar las leyes de la anatomía con un corsé de infarto que hizo que la empresaria luciera una cintura de lo más estilizada.

Y aunque esa noche triunfó a lo grande con su llamativo 'look', ahora Kim ha comentado el suplicio que le supuso meterse en el vestido y tener que llevarlo durante toda la velada. "Nunca he sentido tanto dolor en mi vida", relató a WSJ Magazine. Y es que el sacrificio de pasearse con una figura tan curvilínea fue alto, y le implicó de hecho unas consecuencias físicas considerables: "tendría que enseñarte las fotos de después, cuando me lo quité, las marcas en mi espalda y estómago", aseguró la socialité al citado medio.

Lecciones respiratorias y todo un equipo para ayudarle con el 'look'

Por si fuera poco, Kim también ha relatado que necesitó tomar unas clases respiratorias especiales para poder manejarse dentro del atuendo sin asfixiarse. Para estas lecciones contó con la ayuda del legendario Mr. Pearl, el rey de los corsés y todo un icono dentro del mundo de la moda. Y aunque la esposa de Kanye West ha relatado que "mereció la pena", las dificultades asociadas al vestido no se limitaron a los ronchones en la piel posteriores a la fiesta.

Y es que, según ha explicado Kim, el vestido tampoco le permitía sentarse. "Vale, Anna", declaró la estadounidense a la revista en referencia a Anna Wintour, la editora jefa de Vogue, "si no me siento a cenar, ahora sabes por qué. Estaré moviéndome por ahí, mezclándome con la gente, hablando, pero apenas me puedo sentar". La empresaria ya compartió por entonces la complicaciones de su estilismo con un vídeo filmado por 'Vogue' en el que se la podía ver haciéndose la prueba de vestuario unos días antes de la MET y tratando de embutirse en el corsé con ayuda de nada más y nada menos que tres asistentes.

En definitiva, la historia de Kim no solo ha servido para ilustrar lo que se esconde detrás del proceso de prepararse para una alfombra roja, sino que también le ha permitido desmentir el rumor que corrió después de su aparición en la gala y que aseguraba que se había hecho extraer varias costillas para poder caber en el modelo. "Ni si quiera sé si eso es posible", confesó Kim, que quiso dejar claro que no había existido ninguna argucia más allá de su empeño personal por, nuevamente, dejar a todos con la boca abierta.

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