Abuso mental, insultos, “relación tóxica”... El caso Rybakina-Vukov se enreda

Un caso oscuro y cada vez más complejo. El pasado enero, sorprendiendo al mundo del tenis, Elena Rybakina, actualmente séptima en el ranking mundial, anunció que recuperaba como entrenador a Stefano Vukov, con el que había roto laboralmente unos meses atrás, en agosto, después de cinco años de trabajo conjunto. Tras un tiempo al lado de Goran Ivanisevic, exentrenador de Novak Djokovic, la kazaja decidía volver con el técnico con el que había conseguido los mayores éxitos de su prometedora carrera, con título en Wimbledon y final en el Open de Australia a sus 25 años. Rybakina, sin embargo, no pudo formalizar (al menos, de forma oficial) su nuevo vínculo con Vukov. La WTA lo impidió porque, en ese momento, el croata estaba bajo investigación por una posible violación del código de conducta. Este miércoles, el máximo organismo del tenis femenino confirmó la suspensión, que será de un año.

“La WTA confirma que la investigación independiente sobre una posible infracción del código de conducta de la WTA por parte de Stefano Vukov ha concluido. Tras este proceso, la suspensión sigue vigente (de un año y empezó a contar desde el 31 de enero). Para proteger la confidencialidad e integridad de la investigación y sus conclusiones, la WTA no proporcionará más detalles. Seguimos comprometidos a garantizar que todos los asuntos se gestionen de manera justa y objetiva de acuerdo con el código de conducta de la WTA”, informó la asociación en un comunicado. La noticia, sin embargo, no llegó sola.

Después de conocerse la decisión de la WTA, The Athletic, que en enero adelantó la investigación sobre Vukov cuando se desconocía, aportó más detalles sobre el caso, que se enreda. Tal y como se indica en el medio estadounidense, los motivos de la suspensión estarían relacionados con la relación del entrenador con Rybakina, a la que habría sometido a un “abuso mental”, haciéndola llorar en varias ocasiones. La información, según se especifica, procede de un informe de tres páginas de la directora ejecutiva de la WTA, Portia Archer, en el que se concluye que “tienen una relación tóxica”. De forma más detallada, se explica que Vukov habría llevado a Rybakina “más allá de sus límites físicos” en varias ocasiones, provocándole enfermedades que, en los últimos tiempos, han mermado el rendimiento de la kazaja. En este sentido, también se habla de insultos como “estúpida” o comentarios desagradables como que, sin él, “seguiría en Rusia recogiendo patatas”.

Un tema delicado que aún se complica más al escuchar la versión de Rybakina, que siempre ha defendido a Vukov. “Nunca me maltrató o algo así. Stefano se reincorpora al equipo porque lo conozco desde hace seis años. No estoy contenta con la situación ni los comentarios que veo”, explicó en el momento en el que intentó su reincorporación al equipo. Las informaciones, después de que los dos se alojaran en la misma habitación durante el pasado Open de Australia (Vukov, bajo investigación, no se pudo acreditar para ejercer oficialmente como entrenador), también hablan de una posible relación sentimental. En ellas, se menciona un episodio ocurrido en el US Open del año pasado, cuando Vukov, ya despedido, se desplazó a Nueva York igualmente para presionar a Rybakina, a la que acosó mediante mensajes de texto pese a no tener permitido ponerse en contacto con ella. En el Grand Slam estadounidense, la kazaja se retiró por sorpresa después de la primera ronda.

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