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ROLAND GARROS

Nadal aterriza y entrena en París

El balear, después de la caída en Roma, con dolor en su pie izquierdo, llega a París y empieza a preparar su debut en la pista central de Roland Garros.

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Nadal aterriza y entrena en París

De la ilusión al miedo y, de nuevo, a la casilla de salida. Cerca de las 18:00 de la tarde de hoy, Rafa Nadal dejaba una de las imágenes más esperadas de las últimas semanas. El balear, en medio de una gran ovación, salía a la Philippe-Chatrier, la pista central de Roland Garros, para preparar su debut en Francia. Pese a caer en el Masters 1.000 de Roma con mucho dolor en el pie izquierdo, debido a su lesión crónica (síndrome de Müller-Weiss), el tenista español tenía clara su presencia en el Grand Slam que ha ganado 13 veces. "¿Si voy a ir a Roland Garros? No estoy lesionado. Soy un jugador que vive con una lesión constante", remarcaba tras caer frente a Denis Shapovalov en Italia.

"Hoy en Manacor, en la Rafa Nadal Academy... Nos vemos el miércoles, Paris", publicaba Rafa el lunes en su página personal de Instagram, acompañando la declaración de intenciones con una foto entrenando. Hoy, acompañado por Carlos Moyá y el doctor Ángel Ruiz Cotorro, junto al resto del equipo, llegaba a París y mañana, sobre las 19:00 de la tarde, hora del sorteo del cuadro principal, conocerá su camino en la competición, que le venera. Durante la sesión, en la que, al final, se saludó con Stefanos Tsitsipas, por encima del balear en el ranking (4º) tras Roma, gradas con los laterales repletos de público y mensajes constantes de apoyo.

Tierra sagrada para retomar el camino

El rey ya pisa su tierra, donde puede retomar el mágico camino que marcó su inicio de 2022, el mejor arranque de su carrera, con 20 victorias seguidas. La final de Indian Wells, en la que cayó ante Taylor Fritz, determinó el inicio de otro tramo, marcado por las lesiones. Primero, con los problemas costales, con origen en las semifinales de Estados Unidos frente a Carlos Alcaraz, y después, con los reiterados dolores en el pie. "Sólo queda aceptarlo y luchar. El dolor no viene por ningún movimiento. Está ahí todo el tiempo. A veces más, a veces menos. El objetivo sigue siendo el mismo. Voy a seguir soñando con eso y a pelear por la opción de un éxito en París. Por actitud no va a quedar", avisa el balear. En Australia ya demostró que los milagros existen.