El director del Open de Australia, Craig Tiley, se llevó algunos abucheos en su primera aparición pública en el torneo por la gestión del caso Djokovic, en la que hubo errores demostrados por parte de la organización que preside, Tennis Australia, antes de que el serbio, número uno del mundo, fuese deportado y, por consiguiente, dado de baja de la competición.

El dirigente acudió al KIA Arena para entregarle un ramo de flores a la tenista aussie Samantha Stosur, que anunció su decisión de retirarse en el Grand Slam de su país con 37 años, y parte del público le reprendió al considerarle como uno de los responsables de una situación por la que la Federación de Tenis del país oceánico pidió disculpas.

En su conferencia de prensa, Stosur dijo que no había escuchado la reacción de la multitud: “No me di cuenta de los abucheos”, dijo. “No creo que sea el momento ni el lugar para eso. Es un poco duro. Es una situación desafortunada que se ha desarrollado y ha quedado atrás. Si todos pudieran volver atrás y cambiar las cosas, lo harían y, con suerte, nada de eso volverá a suceder en el futuro”.