Djokovic se eleva para ponerse a dos pasos del 21º título de Slam
El serbio hizo un enorme partido al resto y remontó ante Berrettini, que no pudo con la presión constante del número uno. Se enfrentará a Zverev en semifinales.
Decíamos después de la victoria de Novak Djokovic contra el estadounidense Jenson Brooksby, que el US Open no había comenzado aún para el serbio. Arrancó este miércoles, ante su primer rival de verdadera entidad, Matteo Berrettini. El número uno del mundo se elevó majestuoso con su mejor actuación en lo que va de torneo, pese a que la comenzó con un set en contra, que remontó furioso y letal para vencer por 5-7, 6-2, 6-2 y 6-3. Djokovic hizo un partido extraordinario al resto ante un gran sacador, capaz de servir con asiduidad a más de 205 km/h. Por delante de la línea, el de Belgrado acertó de devolver los cañonazos con profundidad e intención, casi sin tiempo para reaccionar. Por algo se dice que es el restador más grande de la historia. “Son los mejores tres sets que he jugado en el torneo, seguro”, dijo.
Ahora está a dos pasos de levantar su 21º trofeo de Grand Slam. Para ello tendrá que superar el viernes en el turno de noche (1:00, Eurosport) a Alexander Zverev, que le ganó hace unas semanas en los Juegos Olímpicos de Tokio y llega a la cita en muy buena forma. Entretanto, prefiere no escuchar nada del asunto: “Sólo hablo del próximo partido, no me preguntes por la historia, no quiero pensar en eso, sé que está ahí, pero vamos paso a paso”, le dijo a Patrick McEnroe durante la entrevista en la Arthur Ashe. La única pega que se le puede poner a la trayectoria de Djokovic este año en Nueva York, es que en los cuatro primeros partidos que jugó al ralentí se dejó tres sets y pasó más tiempo en pista del que suele invertir en los majors, 10 horas y 25 minutos, a las que hay sumar las tres y 26 que estuvo en juego contra Berrettini, principalmente porque esa primera manga que perdió duró 1:17. Hay quien lo ve por el lado positivo, porque venía corto de preparación, pero con 34 años lo excesos innecesarios no son buenos. Zverev, su próximo oponente, acumula 9:23 y tiene 24, diez menos que el balcánico.
La batalla con la grada
El otro pero para Nole es el público, que le molesta sobremanera. El comportamiento de algún espectador volvió a sacarle de quicio hasta el punto de que pudo repetirse el drama del año pasado, cuando fue descalificado en su duelo contra Pablo Carreño por darle un pelotazo a una jueza de línea. Esta vez, tras perder un punto con 2-1, 3-1 y 0-15, despejó una bola que no le había entrado a Berrettini de mala manera y de milagro no le dio a un recogepelotas. Enrabietado, cerró el triunfo lo más rápido que pudo. “Cada partido que juego en este asombroso estadio, es una lección adicional para mí y una posibilidad de mejorar”. Ahora necesitará hacerlo un poquito más para meterse en la final y ponerse en disposición de agrandar su leyenda.