Paula Badosa se estrena en NY y Sorribes echa a Muchova
Badosa venció a la belga Van Uytvanck. Su próxima rival será Gracheva, que eliminó a Parrizas. Sorribes pudo con la 22ª favorita y se verá con Hsieh. Bucsa cayó.
A Paula Badosa, en progresión ascendente y continua, sólo le faltaba ganar un partido en el US Open para sumar victorias en los cuatro Grand Slams. Y esté martes la consiguió. La española, nacida en Nueva York hace 23 años ( "Tengo buenos amigos aquí, mucha gente que conozco y volver a Nueva York siempre es algo muy especial para mí", señaló), se sobrepuso a un mal inicio para vencer con autoridad, en dos sets (6-4 y 6-3) y 80 minutos a Alison Van Uytvanck, la belga de 27 años y 61ª del mundo que eliminó a Garbiñe Muguruza hace tres años en Wimbledon. Paula podría haberse enfrentado en la segunda ronda a otra jugadora de la Armada, Nuria Parrizas, pero la granadina, debutante en un major desde la previa, no pudo rematar un partido que había encarrilado en la primera manga ante la rusa Gracheva, que se impuso por 5-7, 6-0 y 6-2. "Ha sido un partido engañoso, complicado en el campo, con la pelota que botaba muy rápido y eso no me facilita mi juego", declaró Badosa. "He tenido que adaptarme rápidamente a las condiciones de la pista y eso ha sido una de la claves del triunfo", añadió.
Había inquietud por el estado físico de Badosa, que tuvo que retirarse en Cincinnati cuando perdía contra Pliskova por unas molestias en el hombro derecho. Salió a la pista con tapes, pero respondió sin problemas a la exigencia de un encuentro del máximo nivel. "Mi condición física es muy buena y mentalmente me siento cada día más fuertes, por lo que creo que hoy he logrado puntos importantes que hicieron la diferencia en el marcador final", explicó después. Encajó un break de salida y con 2-0 en contra inició una remontada que la puso en control de la situación hasta el punto de que a partir de ahí el parcial a su favor fue de 12-5.
En el segundo set trabajó para sujetar a una rival que juega a golpes, pero de manera irregular, y cerró el triunfo con un saque directo, el último punto del notable 80% que ganó con primeros servicios. Además, sólo cometió 11 errores no forzados. Estadísticas esperanzadoras en pista rápida para una tenista que intenta rehacerse tras romper recientemente con su entrenador. Y no le va mal.
Sorribes, cada vez más grande
Sara Sorribes le ha tomado el pulso definitivamente a las jugadoras top del circuito y está cada vez más cerca de ser una de ellas. La castelonense apeó este martes a la cabeza de serie número 22, Karolina Muchova, semifinalista en el Open de Australia y cuartofinalista en Wimbledon este mismo año. Una jugadora cuyo peor resultado en Nueva York fue alcanzar dos veces la tercera ronda. Pues todo eso no le sirvió para superar a Sara, inconmensurable en un primer set en el que llevó siempre la inciativa, y de poderosa reacción en el segundo, cuando perdía por 5-4 con un quiebre de desventaja. Así remontó para ganar por 6-2 y 7-6 (3) en 2:17 y citarse con la incomoda y tan paciente como ella Su-Wei Hsieh, experta doblista taiwanesa que con una edad ya considerable se ha hecho un hueco en el panorama individual.
Pero antes, disfrutemos de lo que hizo Sorribes, sobre todo en el definitivo desempate, en el que dio un clínic de cómo manejar un intercambio y se permitió el lujo de cerrarlo con un saque directo y una dejada magnífica, gracias a esa mano que tiene, una de las mejores del circuito para el revés cortado y la volea. Muchova tuvo leves molestias abdominales, pero eso no le resta mérito al partido de la española, que puede soñar con alcanzar este año por fin el tercer escalón del torneo.
Bucsa se despide en su debut
Cristina Bucsa, española nacida en Chisináu (Moldavia) y criada tenísticamente en Cantabria, cayó en su debut en un Grand Slam ante la suiza nacida en Barcelona Jill Teichmann, que venció en este curioso cruce de nacionalidades y orígenes por 6-3 y 6-4 en 79 minutos. Bucsa, de 23 años y 161º del mundo, obtuvo su plaza para el cuadro principal en la previa y ante Teichmann pagó su inexperiencia en partidos de majors. El comienzo del encuentro fue un carrusel de quiebres del que finalmente salió beneficiada la helvética, finalista hace unos días en el WTA 1.000 de Cincinnati y a la que entrenan los exjugadores Arantxa Parra y Beto Martín. En el segundo set, Bucsa aguantó hasta el 3-3 y partir de ahí su rival se impuso sin prisa pero sin pausa. Será quién juegue en segunda ronda contra la estonia Anett Kontaveit.