Después de ceder las instalaciones de su Academia en Manacor para alojar a algunos de los afectados (el martes fueron 50) por la graves inundaciones registradas en Sant Llorenç des Cardassar, y que han causado hasta ahora diez muertos, Rafa Nadal ha colaborado también en las labores de limpieza del barrizal y ha achicado agua en un taller de la localidad mallorquina.

Muy afectado por lo ocurrido en la tierra que le vio nacer y que tanto ama, el número uno del mundo en las pistas ha demostrado que también lo es fuera de ellas. Ataviado con un chándal pero con unas botas de agua, popularmente conocidas como katiuskas, en vez de sus habituales zapatillas de tenis, Nadal ha estado apartando el barro con un escobón junto a otros voluntarios de la zona. Le han acompañado su amigo y fisio personal Rafael Maymó y otros miembros de la Academia, que está a unos 13 kilómetros de Sant Llorenç.

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En la  fotografía de Jordi Cotrina, que encabeza este artículo y que circula por las redes sociales, se ve al jugador trabajando en un taller mecánico, uno de los muchos comercios afectados por las inclemencias del tiempo que han devastado la zona. En otra (encima de este párrafo), tomada por Jordi Jiménez, de Cope Mallorca, aparece al manacorí junto a Maymó, ambos manchados y mojados por la tarea de limpieza, grabada en vídeo por Carlos Márquez. Nadal ha estado hablando con los vecinos, intentando consolar a los afectados, codo con codo con los miembros del Ejercito de Tierra y de la Unidad Militar de Emergencias, como relata Jiménez, antiguo calaborador de As, en su cuenta de Twitter.