Carla Suárez no ha podido aprovechar la gran oportunidad que se le había presentado en el Connecticut Open de New Haven en parte por méritos propios pero también por el abandono consecutivo de tres de sus rivales en el torneo, Konta (no llegó a jugar), Kvitova y Puig. La canaria, que jugaba la undécima final de su carrera en busca del tercer título (ganó en Oeiras 2014 y Doha 2016), cedió ante la emergente Aryna Sabalenka (6-1 y 6-4), bielorrusa de 20 años, nueve menos que Carla (29), y 20 centímetros más alta (1,82) que la española (1,62). Con toda esa juventud y potencia superior percutió una y otra vez para levantar el primer trofeo de una trayectoria que puede ser brillante y que está viviendo su revelación este curso.

Sabalenka, que venía de perder en semifinales de Cincinnati ante Halep tras ganar a Konta, Pliskova, Garcia y Keys, y que había jugado las finales de Lugano y Eastbourne en abril y junio, actuó como lo viene haciendo últimamente, sin complejos, con mucha agresividad y sin miedo al error, como la Ostapenko de Roland Garros 2017. Carla no supo siquiera qué hacer contra ella en los cinco primeros juegos. Evitó el rosco, pero no el 6-1 con el que la joven prometedora cerró el primer parcial.

En el segundo, apareció la Carla Suárez más batalladora y encontró algunas soluciones para frenar a Sabalenka con saques abiertos y mucho más movimiento en la pista de lado a lado para intentar descolocarla y que no restara con tanta facilidad. A menudo, lo logró, pero aún le quedaba intención y fuerza a esta chica que pese a ceder por primera vez su saque entre break y break, supo cerrar el triunfo con un empaque más que curioso. Y ojo que ya es top-20 y puede dar mucha guerra en el US Open, esperemos que Carla (el lunes saldrá 24ª en el ranking) también lo haga.

Carla Suárez Navarro

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