El 30 de abril de 1993, este lunes justo hace 25 años, la tenista estadounidense Monica Seles sufrió un ataque en pleno Torneo de Hamburgo. En uno de los descansos de su partido contra la búlgara Magdalena Maleeva, Günter Parche, un perturbado de origen alemán obsesionado con Steffi Graf, saltó a la pista y apuñaló por la espalda a Seles con un cuchillo de cocina. Por suerte la puñalada no tuvo consecuencias graves, pero dejó un corte de 23 centímetros de profundidad cerca de la espina dorsal de la norteamericana y la retiró de las pistas durante 28 meses. 

Parche, reducido al momento por la seguridad del torneo, tenía antecedentes por desórdenes psíquicos y no podía lidiar con el hecho de que Seles, número uno de la WTA en ese momento, hubiera acabado con el dominio de su compatriota tras 187 semanas liderando el circuito. A partir del incidente, los grandes torneos cambiaron sus protocolos de seguridad y empezaron a custodiar a los tenistas también en los descansos entre juegos. 

Aunque siguió ganando títulos, ciertamente la carrera de Seles no fue la misma después de cruzarse con Günter Parche. A partir de 1993, sólo conseguiría alzar un Grand Slam de los 12 que figuran en su palmarés. Desde entonces, no se ha vuelto a repetir una agresión de estas características sobre una pista de tenis. Sí ha habido percances más sonados fuera de ellas, como el secuestro de la rusa Anna Chakvetadze en 2007, el asalto a la casa de Petra Kvitova por unos ladrones.