Pocos en el tenis daban crédito a Caroline Wozniacki como candidata al título de 'Maestra'. Pero la danesa, que ha tenido una buena temporada a pesar de fallar en los momentos clave (hasta seis finales ha perdido este año), ha llegado a Singapur empeñada en llevar la contraria. Si en la Round Robin ventiló a Svitolina (6-2, 6-0 en menos de una hora) y a Halep (6-0, 6-2 en 1:03:18) y llevó a Caroline García casi al límite (6-0, 3-6, 5-7), en semifinales ha conseguido desmontar a la checa Karolina Pliskova, la única aspirante al número uno de Halep que aún quedaba viva, en un segundo set supersónico. De esta forma la rumana se garantiza mantener su estatus hasta la próxima temporada. 

La primera manga puso de relieve la igualdad entre ambas tenistas, que este año se habían medido hasta en cinco ocasiones previas con tres victorias de Pliskova y dos de Wozniacki. No fue hasta el décimo juego cuando la checa dispuso de las primeras bolas determinantes, tras cuatro rupturas, dos para cada una, consecutivas. Hasta tres tuvo para ponerse en ventaja, pero la danesa hizo de la resiliencia su mayor virtud y acabaron yéndose al tie-break, en un ambiente casi irrespirable. La tensión era palpable. 

Fue largo y se lo adjudicó Wozniacki (11-9), que en el segundo empezó dubitativa. Quizá sea que no termina de creerse hasta donde ha llegado. Cuesta creerlo, es una tenista de mucha enjundia. Pero, valga la redundancia, éste no está siendo su mejor año en los momentos decisivos. Este sábado, sobre la pista del Singapur Sports Hub, revirtió esa tendencia. Tras perder su primer servicio, lo recupero inmediatamente y rompió a Pliskova para después afianzarse con el 1-3. Volvió a perderlo. Y se volvió a recuperar ipso facto para arrebatarle el suyo a Pliskova en el octavo juego y sellar el set, el partido y su billete a la final en el noveno. Se venía rumiando desde hace meses y ya es oficial: Caroline Wozniacki está de vuelta.