La derrota de Sampras supuso el fin de un mito. No sólo buscaba su victoria número 100 en hierba. Quería convertirse en el único jugador capaz de lograr ocho títulos en Wimbledon e igualar el récord de cinco triunfos consecutivos de Bjorn Borg.
Además, no conocía la derrota en este santuario desde que el holandés Richard Krajicek le venció en los cuartos de final de 1996. En 13 años había ganado 62 partidos y sólo había encajado cinco derrotas.
“No hay pánico, volveré el próximo año”, señaló Sampras, visiblemente afectado por la derrota. Pero él no fue el único que salió cabizbajo del club. El australiano Lleyton Hewitt (5), un jugador que este año estaba imbatido en hierba con 15 victorias, 13 de ellas consecutivas, y con dos títulos seguidos en esta superficie (Queen's y Den Bosch), cayó ante el francés Nicolás Escudé por 4-6, 6-4, 6-3, 4-6 y 6-4.