Mientras el Madrid disimula el agujero de Cristiano con una lluvia fina de presentaciones menores, el Barça vive un verano gris
PorAlfredo Relaño
Juan Jiménez
Sergio Santos Chozas
Mientras el Madrid disimula el agujero de Cristiano con una lluvia fina de presentaciones menores, el Barça vive un verano gris