Rodrygo es un titular indiscutible
Cuando fichó este verano Mbappé por el Real Madrid muchas voces militantes del propio madridismo daban por hecho que el eslabón débil de la delantera sería Rodrygo. Considerando que Kylian, Vinicius y Bellingham son intocables, se barruntaba una suplencia inevitable de Rodry los días de fiesta mayor. Pero esas voces no conocen a Ancelotti ni la fe inquebrantable que el italiano tiene en el crack de Osasco. Rodrygo es un delantero moderno, polifuncional, exquisito, certero en la definición, vistoso en el desempeño y muy inteligente en la lectura táctica de los ataques del equipo. Un delantero del Siglo XXI.
Ancelotti supo descifrarlo tras draftearlo en sus primeros entrenamientos juntos y desde entonces es uno de los fijos de la Guardia de Corps del estratega de Reggiolo. Su insistencia en Rodrygo le granjeó algunas críticas (los que apostaban más por Brahim o incluso Güler), pero el tiempo, una vez más, le ha dado la razón a Carletto. Rodrygo lleva un mes de dulce, una vez que ha superado sus lesiones musculares, y ante Las Palmas y Salzburgo ha dado un clínic con sus maravillosas ocurrencias. Rodrygo no es tan mediático ni necesita hacer ruido. Él habla en el campo. Es exquisito fuera de los terrenos de juego y en el campo deleita a todos con su fútbol de orfebre. Se quedará aquí muchos años. Bueno para el Madrid.