Opinión

Los egos en la delgada línea Flick

Podría parecer descabellado que un equipo tan joven y que aún está lejísimos de hacer nacer una dinastía pueda confundirse tan rápido.

31/08/2025 PARTIDO PRIMERA DIVISION 
RAYO VALLECANO - BARCELONA 
HANSI FLICK ENTRENADOR
JESUS ALVAREZ ORIHUELA
Juan Jiménez
Redactor jefe de AS. Fue colaborador en AS (2000-04) y, después de pasar por Málaga Hoy, regresó como jefe de Sección en Málaga. Delegado de Andalucía entre 2009 y 2012, colaboró en la integración digital-papel de AS en Madrid. Cubre la información del Barça y la Selección de baloncesto. Tres Juegos Olímpicos. Colaborador de SER, Canal Sur y Gol.
Actualizado a

Aviso. “Los egos matan el éxito”. De momento, una de las frases de la temporada hay que apuntársela a Hansi Flick. Un mensaje preventivo que por Barcelona suena mucho. La autocomplacencia destruyó al Barça de Rijkaard en un periquete después de dos años gloriosos, acabó con la paciencia de Guardiola en 2012; y hasta terminó con el ciclo de Messi, con un equipo y una estrella aburridos de todo hasta el 2-8 y el burofax. Flick tiene pinta de ser un tipo que va en línea recta. A sus 60 años y siendo, como de lejos se observa, un entrenador brillante, no duró más de dos años en el Bayern ni en la selección alemana. Y entre 2005, cuando salió del Hoffenheim después de cinco años de trabajo, y noviembre de 2019, cuando cogió casi de manera forzada las riendas del Bayern por la destitución de Niko Kovak, no ejerció de primer entrenador. Es un dato que no conviene minusvalorar. Flick no es paciente si está descontento y no va a durar mucho en el Barça si los jugadores se hacen entradas a destiempo en los entrenamientos, flirtean con otros clubes o se ahorran un pase de gol por tener mejores cifras que sus compañeros.

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Ayuda. Flick quiere ejemplaridad. Tal vez por eso recurra a Thiago, que podría incorporarse al cuerpo técnico y a quien, cuando todavía era un chaval, Puyol dio un toque de atención en Vallecas cuando se puso a celebrar bailando con Alves un gol que era el 0-5 en un partido que terminó 0-7. Thiago ha interiorizado tres liturgias sagradas en el fútbol: Barça, Bayern y Liverpool. Veremos si le ayuda a Flick, que esta semana ha cogido los datos en Sant Joan Despí y ha comprobado que su equipo presiona menos y peor que la temporada pasada y ha sido una máquina de conceder oportunidades en los dos partidos que se han jugado en condiciones normales. A Flick le preguntaron hace un par de semanas si veía al equipo con el síndrome de la barriga llena, como bautizó Guardiola. El técnico se extrañó y se fue por los cerros de Úbeda hablando de Pep. Podría parecer descabellado que un equipo tan joven y que aún está lejísimos de hacer nacer una dinastía pueda confundirse tan rápido. El fútbol, sin embargo, está lleno de ejemplos de proyectos que tardan en florecer y se caen como un castillo de naipes. Iñigo Martínez, por cierto, no es de esos jugadores que se notan solo en el césped. También ponía firme al vestuario. Su baja pesa. La “línea Flick”, como la llama Iñigo Pérez según desveló Isi, ha hecho aguas en el principio de curso. Veremos cómo la aguanta el edificio al alemán ahora que, de verdad, empieza el baile.

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