NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Gil Marín: el problema es la falta de costumbre de las quejas del Atlético

Actualizado a

Ya está bien de reirle las gracias a los colegiados. Ya está bien de callarse. Enrique Cerezo siempre ha sido partidario de ‘sufrir’ en silencio cualquier atropello arbitral. Pero la afición del Atlético demandaba desde hace tiempo que alguien alzara la voz. Y Gil Marín lo hizo. El consejero delegado del Atlético expresó el sentimiento de todos los aficionados de la entidad madrileña. Y posiblemente de los otros clubes de nuestro fútbol. No es nada nuevo. Dice el sentir general de nuestro fútbol: es muy difícil que un árbitro se complique la vida en el Bernabéu; lo mejor es mirar para otro lado. El sentimiento de rabia de la hinchada del Atlético iba creciendo tras el derbi al ver repetidas las imágenes de las entradas de los jugadores del Real Madrid. A Griezmann, en el centro del campo sin balón, a Morata una y otra vez, a Carrasco...

Ya está bien de aplaudir al Medina Cantalejo de turno. Los que ahora se llevan las manos a la cabeza por el escrito de Gil Marín carecen de memoria. Se puede refrescar un poco. El Real Madrid, por ejemplo, emitió un comunicado en su página web el 19 de diciembre de 2019 tras un clásico quejándose del arbitraje que sufrió. El club dijo que no estaba de acuerdo con la labor de Hernández Hernández. Entonces no vi ni a exárbitros ni a comentaristas lamentar ese comunicado. Nadie dijo nada. Entonces el Madrid se defendió de lo que consideró una injusticia: “Sólo queremos justicia”, decían. La relación entre los árbitros y la entidad de Chamartín, por decirlo de alguna manera, siempre ha sido buena. Pero cuidado si hay una equivocación en contra...

La falta de costumbre de las quejas del Atlético, con muchos más motivos para ello, hace que ahora la gente se le eche encima al consejero delegado del club madrileño. Pero la masa social del Atlético echaba en falta algo así. El problema es la falta de costumbre. El problema es que el Atlético traga, traga, traga... Con los Gil Manzano, Soto Grado y compañía... Medina Cantalejo tiene un grave problema: el descrédito de los colegiados. Los aficionados al fútbol saben que si la acción de Ceballos con Lemar hubiese sido al revés, el Atlético se hubiera quedado con diez. Ahora ha llegado el momento en que el Atlético expone el sentir de su hinchada. Y entonces llega el escándalo. Tampoco es nada nuevo. Pero el aficionado respira: ya está bien de tragar con todo.