El equipo que viste de amarillo

El equipo que viste de amarillo cuando le da vergüenza jugar de azulgrana tiene suerte hasta con las lesiones. Se rompe un músculo el mejor Dembélé desde que llegó a Barcelona y sale Pedri (con pase per nocta de fin de semana) para cazar un rechace y resolver un partido áspero. Las victorias sufridas son las más queridas, y el Barça se ha abonado a ellas para ganar la Liga. Seis puntos de ventaja le lleva el equipo amarillo al Madrid cuando esta mañana compren el As en el kiosko camino del vermut. El diario As es como un acta notarial. Lo que no sale en sus páginas es como si no existiera.

El equipo que viste de amarillo porque se avergüenza vestir de azulgrana cuando sale de casa se ha acostumbrado a jugar a las damas chinas. Ocupa todo el frente del ataque en pases horizontales hasta conseguir una superioridad para abrir un hueco y clavar el aguijón como unas banderillas de castigo. Las Ligas se suelen ganar por la ley del mínimo esfuerzo. Suman más tres victorias por la mínima que una por goleada. Así jalona el Barça sus victorias cuando el juego se tuerce. Tras los seis minutos de aviso reglamentario, el equipo que viste de amarillo fuera de casa como si tuviese vergüenza de ser azulgrana volvió a sumar tres puntos. Se ha convertido en costumbre. Queda menos para ser campeones de Liga.