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Cuando Balde pudo ser un caso Ilaix

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Dos guiones. Laporta está obligado a atar a quien él mismo ha bautizado como un “cohete”. Recientemente ha cumplido 19 años y se llama Alejandro Balde. Sus explosivos genes, padre guineano y madre dominicana, han dado para el fútbol un portento, aunque él siempre dice que el atletismo no fue una opción. Balde ya está instalado en la élite, pero hubo un momento en que su carrera pudo complicarse o, al menos, dar un giro idéntico a la de Ilaix. Hace año y medio, el Barça dio orden a Ronald Koeman de que no lo incluyese en la lista de convocados para la pretemporada porque no renovaba. Terminaba contrato en junio de 2022 y el club quería atarlos un verano antes de que finalizasen sus compromisos. Mientras Ilaix quedó en medio de una guerra de agencias de representación (Stellar y Rogon) en la que nadie miró por él y ahora anda en tierra de nadie en Valencia, Jorge Mendes sí supo reconducir la situación de Balde. El superagente portugués, Laporta y Alemany evitaron el conflicto y cerraron la ampliación. Koeman se lo llevó al stage de Alemania y, como a Pedri o Gavi, fue el holandés quien lo hizo debutar en la Champions ante el Bayern. Balde le pidió aquel día la camiseta a Alphonso Davies. Entonces era su ídolo. Hoy muchos hablan de Balde como la copia más perfecta del lateral canadiense.

Cambio. Pero aquella ampliación hasta 2024 ya está desfasada. Balde, jugador que le entra por los ojos a cualquiera, tendrá que firmar su nuevo contrato vigilado también por los ojos fairplayzadores de LaLiga. La suya ha sido una explosión en toda regla porque la temporada pasada Xavi no le dio bola. Los ‘tácticos’ que le rodean enfatizaban sus faltas de atención en defensa. El entrenador, atemorizado por el equipo tierno que se había encontrado, pidió fichajes expertos: Marcos Alonso y Azpilicueta. Un verano después del lío de su renovación, el futuro de Balde volvía a verse algo borroso. Todo cambió después de la primera jornada, cuando Xavi, decepcionado con la actuación de Jordi Alba ante el Rayo, decidió cortar por lo sano y jugársela con Balde en San Sebastián. El cohete explotó y ya se quedó con el puesto. Luego vino el Mundial y, seguramente, lo siguiente sea la titularidad con Luis de la Fuente. En la Selección ya tiene su grupo de PlayStation con Nico y Ansu; y ahora sólo queda por resolver su renovación. Laporta confía en su buena relación con Mendes. Lo que nadie se imagina este año en Barcelona es un caso parecido al de Dembélé, invitado y casi forzado a abandonar el año pasado el club cuando se negaba a renovar su contrato. La Masia no se toca y Balde, menos.