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Carranza con Morata y Witsel... y sin VAR

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Las pretemporadas del Atleti siguen una tradición un tanto casticista: la concentración en Los Ángeles de San Rafael, el partido en Burgo de Osma (guiños ambos al recuerdo de Jesús Gil) y presencia frecuente en el Carranza, que responde a la buena relación con la directiva del Cádiz. Un Carranza ya a un solo partido, ningún torneo de verano es lo que fue, pero la presencia del Atlético le da cierto fuste al viejo y querido trofeo gaditano, que fue durante tantos años, con el Teresa Herrera, una de las cumbres de agosto. Anoche lo ganó el Atlético por undécima vez, con un marcador quizá un poco hinchado, pero dejando sensación de poderío.

El Cholo tiene una gran plantilla y con remate sobrado como para no tener que pensar en Cristiano. Morata, que hizo el primer gol, estuvo magnífico en el área y fuera de ella, buena noticia para el Atlético y la Selección. Su retorno crea un problema de ajuste del límite salarial, es difícil que quepan él y Griezmann, pero lo definitivamente absurdo sería prescindir de ambos para colar a Cristiano. Dejando aparte el ataque, dejó gran impresión Witsel, que jugó primero como líbero, cortando y distribuyendo con empaque de mariscal, y después en el medio campo, con soltura y clase. Un jugador que llena los ojos. La gran novedad de la temporada, a mi juicio.

El Cholo jugó con tres centrales (o seis, para ser precisos, tres primero y tres después) y lució el plantillón que tiene. Para el Cádiz, que aún tiene fichajes pendientes, este Atlético fue mucho rival y encima cuando mejor estaba jugando se vio con un gol, el 0-2, marcado con la mano por Saúl, sin que ni Munuera ni el linier del ataque atlético lo vieran, para indignación de público y jugadores locales. Una de esas jugadas que cargan de argumentos a los que defienden el VAR, si bien no está de más recordarles que también VAR mediante el Cádiz viene sufriendo fechorías de gran calado. Al menos alivió un poco la goleada marcando el tanto final.