Tchouaméni, un talento generacional para el medio

Aurélien Tchouaméni es un jugador que aúna características para dominar cualquier equipo de Europa en el centro del campo. Con 18 años, el de Rouen se erigió en Burdeos como un mediocentro rocoso, sólido en la táctica y con una capacidad de robo fuera de lo normal. Eso le valió para fichar por el Mónaco en 2020 por 18 millones de euros, antes de consumar una irrupción imparable dentro del fútbol francés.

Tchouaméni ya no tiene la etiqueta de mediocentro defensivo. Es un todocampista. Rápido de piernas en la salida de balón, su corpulencia le permite girar rápidamente de lado a lado. Esa envergadura le permite salir airoso de la presión rival con suma facilidad y activar transiciones rápidas gracias a su buena lectura del juego. Además, se ha destapado como un jugador con un gran disparo de media distancia y prueba de ello son los dos golazos que le marcó al Lille hace apenas un mes.

Lo que más define a Tchouaméni es la contundencia en los duelos. Nadie ha interceptado más balones que el internacional francés esta temporada en Europa y si sale alguna vez de zona es para llevarse el balón. O pasa el esférico, o el jugador; nunca ambos. El ímpetu que tiene para quitarle el esférico a los rivales hace de Tchouaméni un jugador insaciable en la recuperación. El Real Madrid ficharía a un centrocampista que ya ha sido titular en la final de la Liga de Naciones con Francia y que ha dominado la Ligue 1 con una superioridad aplastante durante las últimas dos temporadas. Es un híbrido de Kanté, porque roba muchos balones y no tiene freno, y de Vieira, porque abarca tanto campo que a veces se le hace pequeño.