Mbappé pasa a ser un Jugador-Estado

Lo que se veía venir en los últimos días se ha consumado. Mbappé ha demostrado que entre la cartera y el sueño entusiasta de niño, prefiere la cartera. Se queda en el fastuoso PSG para ser el futbolista más rico del mundo, pero a su vez el más pobre deportivamente del planeta. Ha preferido tres ceros más a la derecha en su cuenta bancaria que tres Balones de Oro y tres Champions más. Cada uno en la vida elige su destino. Hay gente que quiere dejar huella por su grandeza como deportista y por sus valores humanos y personales. Otros, simplemente prefieren poder presumir de que en París no hay nadie más rico que él y que su familia alucine con el dinero que gana cada día que pasa. Kylian, qué pena me das. Siempre serás un perdedor a partir de ahora.

Lo bien que lo que habías hecho hasta hace unas semanas (resistir a las llamadas de Qatar y las tentaciones millonarias que le ofrecieron a tu familia, imagino que hasta darte dos plantas de la Torre Eiffel...), pero al final has demostrado la debilidad de la condición humana. Al final, el Jugador-Estado eres tú. Un futbolista atípico que ha renunciado a lo más bello de un deportista (competir para ser el mejor) con el consuelo de poder comprarte islas privadas y yates de 45 metros de eslora. Pero ojo, la culpa no es del todo tuya. El PSG y el City son clubes que cuentan con un Estado detrás con un dineral incalculable con el que pueden romper el mercado a su antojo, toreando el Fair Play Financiero como Roca Rey en Las Ventas. Ellos juegan con las cartas marcadas. Si la UEFA y la FIFA no ponen remedio dejará de haber competencia leal. Es imposible para un club de fútbol sin más, como es el Madrid, el Barça, la Juventus o el Bayern Múnich, competir con esto. Allá ellos si quieren cargarse este bendito invento llamado fútbol.

Pues nada, Kylian. Te dejo mi entrada para que puedas ver el sábado en tu amadísima ciudad la final de la Champions en la que, por cierto, tú no estás para variar. Y el Madrid sí está en el cartel. Para no variar también. Mientras tu cuenta crece, verás cómo tu sueño infantil levanta tres o cuatro Champions. Y de tu deseado Balón de Oro, tranquilo. Tu amigo Karim te contará este año cuando lo recoja cómo se gana: JUGANDO EN EL REAL MADRID, EL MEJOR CLUB DEL MUNDO.