Es un tópico, pero como tal, no suele fallar. Quien la sigue, la consigue. Y eso hizo Aleix Espargaró, un piloto que siempre se ha distinguido por la ilusión de quien ama lo que hace por encima de todo: también de la victoria. Con más puntos o menos puntos. Moto GP ha alcanzado un nivel incontestable en el que todos pueden ganar y todos pueden perder. Destacar, tomar ventaja, ser el gran líder, es cada vez más difícil, y por eso el triunfo de Espargaró y su liderato en la general llega en el momento oportuno de su carrera.

Con la victoria en el GP de Argentina, no solo gana por primera vez el piloto de Granollers, sino que también es el primer triunfo de Aprilia en la categoría. Es la victoria de un deportista tan valiente y perseverante como el proyecto que lidera. Y no es fácil perseverar cuando las cosas no salen siempre como uno espera o merece. La casuística es caprichosa en Moto GP y ni siquiera el trabajo duro, algo que lo caracteriza, garantiza la victoria. Sí lo hace, sin embargo, la perseverancia. Por eso, cuando Aleix cruzó primero tuve la sensación de que con él ganábamos un poco todos.

¿Por qué es tan importante persistir?

"Al final los resultados llegan y me lo merezco", exclamaba el campeón de la jornada que por fin coronaba su primera gran victoria en un mundial, empujado por la estabilidad y el amor incondicional de su familia, a quien no ha dudado en describir como pilar clave. Hoy el mayor de los Espargaró es, además de campeón en Argentina, primero en la clasificación general con 45 puntos y todo el mundo coincide en alabar su constancia y confianza para superar los malos momentos, dentro y fuera del asfalto.

A veces se nos olvida que en cada carrera solo puede ganar uno y aunque ganar no es solo sinónimo de llegar primero, no es fácil mantener el nivel y la ilusión cuando los resultados no están a la altura de las expectativas o de los esfuerzos invertidos. Y eso tan difícil es lo que ha hecho Aleix. La motivación se eleva por encima de cualquier otra capacidad y cumple su función precisamente en los momentos en los que, como dice la expresión, vienen mal dadas o no vienen del todo buenas.

La motivación de hecho ha sido siempre uno de los procesos más estudiados por los investigadores dentro del mundo del deporte. ¿Por qué? Porque explica y justifica la iniciación, la orientación, el mantenimiento y, ante su ausencia, el abandono de la práctica deportiva. No es casualidad que una gran parte del trabajo de entrenadores deportivos y coaches se centre en los aspectos motivaciones, junto con los técnicos y tácticos y, por supuesto, van más allá de las consignas y conjuras al empezar una competición.

¿Qué es la motivación?

La motivación es un proceso a nivel mental que determina la dirección y la intensidad de un esfuerzo individual o grupal en el que influyen factores biológicos, sociales, cognitivos y muy especialmente emocionales, etc. En el deporte, una determinada motivación se entiende como aquella variable psicológica que mueve al individuo hacia la realización de alguna actividad, pero, como apuntábamos, hay un reverso: sin motivación, se produce el abandono.

Algunos expertos, proponen que existen dos tipos de motivación: intrínseca y extrínseca. La motivación es intrínseca cuando se practica el deporte por el placer inherente al mismo. O lo que es lo mismo, cuando alguien compite, entrena o practica deporte sin necesidad de obtener nada a cambio más que el propio deporte, sea reconocimiento, incentivo o recompensa de cualquier típico.

Otros investigadores, defienden que hay una variante de esta motivación que es la que nos autoimponemos cuando esperamos alcanzar un determinado objetivo. Por ejemplo: la motivación de estudiar durante el año para disfrutar de unas merecidas vacaciones en verano. O la motivación que te impulsa a levantarte y correr todas las mañanas para mejorar una marca.

Por último, si hablamos del deporte, debemos citar la motivación extrínseca que es aquella que impulsa una acción o esfuerzo para alcanzar un determinado feedback externo: una medalla, una beca, un récord o un patrocinio. Una motivación determinada no excluye la otra y seguramente en muchos deportistas de elite coexisten de diversos tipos.

Lo que sí he comprobado a lo largo de mi carrera como coach deportiva es la estrecha relación que se establece entre motivación y hambre de ganar. ¿Quieres saber qué es ese ‘hambre de ganar’ y cómo se entrena para, como Aleix Espargaró, conseguir más y mejores resultados?

Aquí te lo explico.