En la tarde de ayer, todos los madridistas estábamos pendientes del Pizjuán. Sabíamos que el Celta podía rascar algo en Nervión. Gente como el gran Iago Aspas, Santi Mina o Denis Suárez la lían en cualquier campo. De hecho, al descanso iban 0-2 y los WhatsApp de los grupos madridistas echaban humo cantando ya casi el alirón liguero. Ancelotti fue más cauto porque sabe cómo son los equipos de Lopetegui: jamás se rinden. Llegaron los goles de Papu Gómez y de Óliver Torres. Carletto imaginó que esta oportunidad de ampliar la ventaja se iba a esfumar esta jornada. Pero la remontada se detuvo y al menos vio aliviado que hoy tiene su equipo una ocasión única de abrir brecha con los hispalenses: seis puntos. Los sevillistas ya no presumen de depender de sí mismos. El Madrid juega en el Pizjuán el 17 de abril, en la jornada 32. El objetivo trazado por el italiano es llegar a ese partido con una ventaja consolidada y casi inalcanzable. Hoy no se puede fallar.

No hay que fiarse del Elche porque en los dos duelos mantenidos esta temporada con los franjiverdes se venció con mucho sufrimiento. El Elche jamás ganó en el Bernabéu, pero basta recordarlo para que corra peligro la estadística. Lo lógico es que los hombres de Carlo salgan enchufados, aprovechen el favor que les ha hecho el Celta y den un puñetazo en el tablero de la Liga. Habrá antes un homenaje a Gento y la mejor manera de rendirle pleitesía es ganar con grandeza.