Sorpresas en la Copa de África

La Copa de África fue noticia, en las semanas previas a su comienzo, por la incertidumbre que generaba en los clubes europeos por el riesgo de contagio de sus jugadores desplazados. Una vez arrancado el torneo, llamó la atención la escasa productividad goleadora de los primeros encuentros. Y si una acción se convirtió en viral fue la de un árbitro señalando el final de un partido a los 85 minutos. Todo ruido negativo, todo argumentos para seguir pensando que la competición molesta y que su bajo nivel no justifica en ningún caso que los clubes pierdan durante varias semanas a futbolistas importantes. Sería justo que ahora, que acabamos de vivir una fase de grupos con un desenlace histórico, se diera el mismo altavoz al espectáculo producido por algunos resultados sorprendentes.

Los jugadores de Comoras celebran el pase.

Pese a tratarse de un torneo en el que, igual que en la Eurocopa, sólo quedan eliminados en la primera ronda ocho de veinticuatro participantes, la CAN ya ha despedido a Argelia, la vigente campeona, y a Ghana, la selección africana que más cerca se ha quedado de llegar a las semifinales de un Mundial. Han sido dos auténticos bombazos, porque ambas estaban entre las favoritas -de hecho, Argelia era, para casi todo el mundo, el equipo que encabezaba los pronósticos-. El triunfo de Comoras por 3-2 ante Ghana en la última jornada, en un partido que tuvo de todo, ha pasado a formar parte ya de la historia de la competición, y deberíamos considerarla como una de las grandes sorpresas de los torneos continentales de todos los tiempos. Comoras es un pequeño archipiélago ubicado en el sureste de África, en el canal de Mozambique, y su único jugador con cierto prestigio es el delantero del Estrella Roja de Belgrado El Fardou Ben. No será el único equipo que se ha plantado en octavos de final desafiando los pronósticos. Allí también estarán Gambia -debutante en el certamen, igual que Comoras- y una Malawi que logró empatar frente a la Senegal de Sadio Mané y Boulaye Dia. A estas alturas ya podemos decir que la Copa África 2021 -conserva en el nombre el año original en el que debió disputarse- ha valido la pena.