El galimatías de la 21ª jornada de LaLiga

El desarrollo que está teniendo la 21ª jornada de LaLiga explica con elocuencia los encajes de bolillos a que obliga la saturación del calendario. Para empezar, se adelantó el Athletic-Madrid al 22 de diciembre, fecha libre. Se aprovechaba que los cuatro aspirantes a la reciente Supercopa de Riad estaban exentos de esa eliminatoria, de modo que ese partido se pudo jugar ese día. Así pueden disputar esta semana los octavos de la Copa, cuyo grueso se jugó el domingo pasado… junto a otro de la 21ª de LaLiga, Elche-Villarreal, pues el Elche tenía como rival copero al Madrid, que ese día jugaba en Riad, y el Villarreal está fuera de la Copa.

Entre martes, ayer y hoy se juega el grueso de la jornada, un grueso muy delgado: cinco partidos. El Atlético y el Barça tienen que aprovechar esta semana para ponerse al compás de todos en la Copa, que corre prisa, así que juegan ahora sus octavos con Real Sociedad y Athletic. Eso aplaza tres partidos de la 21ª: Atlético-Levante, pasado al 16 de febrero, y Barcelona-Rayo y Mallorca-Real Sociedad, que no pueden jugarse ese día porque hay Europa League, en la que siguen el Barça y la Real. Como en esta competición, al revés que en la Champions, no hay semanas de descanso, esos partidos se aplazan hasta que los eliminen, o a una muy tardía fecha libre.

Y asoma otro problema: los cuartos se juegan 1, 2 y 3 de febrero. Los suramericanos viajarán la semana anterior con sus selecciones y no estarán libres hasta el mismo día 2. No es fecha FIFA europea, sólo americana, porque allí hay un solo grupo y muy largo. LaLiga se interrumpe esa semana, pero la Copa tiene un ritmo y la Federación ha decidido que se juegue, aunque tengan que faltar los suramericanos. Cuando llegue el momento habrá bronca. Todo, claro, porque tenemos un calendario que salta por las costuras. Eso explica el protocolo draconiano con el que se afronta la cuestión de los posibles aplazamientos por la COVID.