Por Luka Modric no pasan los años

La verdad es que esperaba más del Athletic. Sólo muy al final estuvo cerca de inquietar al Madrid, pero dejó escapar un penalti que al menos le hubiera dado una gran vibración al tiempo de descuento. Fue un Athletic temeroso, que no apretó arriba como suele, sino que jugó con la obsesión, razonable por otra parte, de no dejarle a Vinicius territorio para correr. El resultado fue un Athletic medroso hasta muy al final, cuando todo estaba decidido. El partido lo gobernó, como tantos otros, Luka Modric, eje abnegado y artístico del juego del Madrid y autor del primer gol, en disparo de una precisión envidiable. Los 36 años no se le notan.

Su gol llegó la única vez que el Madrid tuvo terreno para correr y fabricó una salida por la derecha, buscando a Rodrygo, que ayer estuvo mejor de lo que suele. El Athletic había replegado bien, pero el brasileño, tras despegarse ya en el área de su marcador, atrajo al de Modric, que así pudo trazar con facilidad su colosal pase a la red. A ese gol se uniría al poco de empezar la segunda mitad el de penalti, una mano del nuevo testamento, transformado por el implacable Benzema. Era su penalti número 16 con el Madrid, todos convertidos. Empieza a ser un registro imponente. No es poca cosa tener un especialista así. El Athletic no lo tiene y se notó.

Porque Raúl García, que salió tras el descanso (como Nico) y aportó insistencia y remate, falló el suyo, otra mano de nuevo testamento, esta de Militao con expulsión incluida. Para entonces el Madrid estaba confiado y engandulado tras los cambios, pero todo quedó en susto y no hubo apretón final. Entre los ingresados estaba Marcelo, que alzó el trofeo. Esos minutos le valen para empatar con Gento a 23 títulos. Un premio a su carrera legendaria, que está en su final. Pero ese empate merece ser contemplado más de cerca, con perdón. Cuando Gento no había supercopas. De sus 23 títulos, 12 son de Liga y 6 de Copa de Europa. Eso no tiene parangón.