Llegados a la mitad de la temporada, el balance del proyecto que se encomendó a Ancelotti no puede ser mejor. Agotado Zidane, Carletto pareció llegar como un remiendo a una plantilla con pocas mejoras y muchas dudas que despejar. No haberse reforzado en ataque dejaba al Madrid en la incertidumbre goleadora que tanto lastraba al equipo y se hacía difícil imaginar otro panorama que el del sufrimiento para estar arriba. No era máximo favorito a nada, pero cuatro meses de competición han bastado para cambiar ese panorama y presentarse como un grupo competitivo y una plantilla con recursos. Una vez olvidados ciertos inventos raros y recuperados algunos lesionados, el entrenador dio con el estilo que mejor le viene y, sobre todo, consiguió que la mayoría de sus futbolistas se enchufaran a la idea

Las mejoras en el rendimiento de varios jugadores, la de Vinicius estructural, pero también las de Asensio o Rodrigo, los brotes verdes en Hazard y Jovic, la solidaridad en el trabajo defensivo de todos los que juegan, el impresionante momento de Benzema… Ni siquiera el brote de Covid parece haber alterado la dinámica positiva que presenta un Madrid preparado para los dos meses definitivos que vienen. Tan bueno es el panorama que nadie va a salir, nadie quiere moverse.