Ese gol cambió hasta la música del coche de Miguel Ángel Gil...

Fueron noches para la historia las de Chelsea, Barcelona, Bayern, Liverpool, pero esta de Oporto, está para mi entre las más grandes. Porque cuando transcurría el minuto 56 y los rojiblancos, al igual que en los otros partidos de la liguilla, estaba siendo superado por los de Conceciao, todos los rojiblancos veíamos cómo la ilusión de la temporada 21-22 estaba agonizando en diciembre. Lo que veía en Do Dragao era como revivir lo de partidos anteriores, sobre todo lo que se refiere el físico. Cualquier rechace o disputa eran para los portugueses, De Paul y Koke no daban a basto para controlar la sala de máquina, no se lograba conectar con Lemar y Griezmann entre líneas; por fuera Carrasco y Llorente no desbordaban... 

Toda la temporada estaba en el precipicio. El fútbol es pasión, es emoción y la idea de despedirte hasta 22-23 de la Champions era dejarte vacío en diciembre. Y fue ahí, en el minuto 56 donde llegó el córner que lo cambió todo: el partido, el estado de ánimo, la temporada, la ilusión de la familia rojiblanca, la música del coche de Miguel Ángel Gil,...

El gol de Griezmann nos devolvió la ilusión, nos dio la vida para seguir creyendo. Me gustaría destacar la actuación de Vrsaljko y Kondogbia, ambos en unas posiciones plantadas de minas, salieron victoriosos realizando un partido serio. Sería bueno ser consciente de que hay mimbres, capacidad y tiempo para mejorar. Es una gran victoria que tiene que servir de punto de inflexión como de reflexión que hay para más.