Maxi Gómez engancha al Valencia pisando el área

El Valencia no ganaba lejos de Mestalla desde que lo hiciera en Pamplona en septiembre. Tampoco es que desde entonces hubiera celebrado muchas victorias en casa. En verdad solo una, la del Villarreal. De ahí la importancia de los tres puntos que sumó anoche en Balaídos, que le sirve a los de Bordalás para mirar más hacia arriba que para abajo en la clasificación. Ello gracias a un partido que, entre otros, tuvo tres nombres propios en clave valencianista: Iago Aspas, por su lesión; Cillessen, que hizo una parada a Santi Mina, otra más, de las que dan puntos; y Maxi Gómez, que forzó la recuperación de balón en la acción del 1-1 y firmó el 1-2, reencontrándose con el gol tres meses después.

Bordalás arriesgó con su alineación, principalmente por las decisiones que tomó para su confección, y ganó. Se dejó fuera del once a Guedes, con el debate que ello siempre conlleva, y sin otro central que Hugo Guillamón, apostó en la medular por Koba y no por Racic, que hubiera sido lo natural y lo fácil. Pero, error de Alderete en el gol de Aspas al margen, el equipo respondió en Balaídos, explotando los fallos de los vigueses. Fue un Valencia liderado por los de siempre, por Carlos Soler y Gayà, y con Maxi Gómez donde tiene que estar: metidos en las áreas. Bordalás llevaba semanas pidiéndoselo, en privado y también en público; que pisara más el área rival y menos otras zonas del campo. Y en el partido que más caso le hace el uruguayo a su entrenador: marca un gol, es clave en otro y le cede un balón a Carlos Soler que era asistencia y media.