El Barça se queda a 13 puntos

Tres puntos de oro.- Cuando mi paisano Díaz de Mera señaló el final del partido todo el madridismo suspiró de satisfacción. Y de alivio. El Athletic de Marcelino García Toral, un estratega extraordinario, tuvo al Madrid contra las cuerdas en una segunda parte en la que hubo mucho corazón y pocos pulmones. El once tipo de Ancelotti es indiscutible y son los mejores. De hecho, firmó 20 primeros minutos en ‘modo exhibición’. Pero cuando el reloj echa a correr sus cuerpos empiezan a recordar que la mochila de los kilómetros está cargada de piedras. Eso explica que el Athletic tuviera las mejores ocasiones hasta convertir a Courtois, una vez más, en el héroe del equipo con dos paradas brutales. Paradas de gol. Paradas milagrosas como las que hacía Casillas en los tiempos de los Galácticos. Ser portero en el Madrid es una profesión de alto riesgo. Te llegan poco y no puedes fallar. Y es lo que hizo Tibu ante Raúl García y Sancet. Al primero, un dolor de muelas siempre que juega con el Madrid, le hizo una parada a bocajarro para enmarcar. Al segundo le sacó un mano a mano agigantando sus dos metros hasta convertir su portería en una caja de cerillas. Que te salve el portero no es para presumir, pero para eso están y lo importante es que mañana ya nadie se acordará de cómo se consumaron tres puntos que son de ORO, ya que estamos en la semana de los premios Gold. Había que ganar como fuera para romper LaLiga y se hizo. No hay gloria sin sufrimiento...

Benzema, Balón de Oro.- Lo cantó a coro el Bernabéu cuando Karim cristalizó el mejor juego del líder en el primer tiempo con un gol que resultó determinante. Modric es tan bueno que su pifia en el remate se convirtió en una asistencia, que Benzema aprovechó no dejando nada en el yogur. En esas, el estadio se acordó de la injusticia de France Football y cantó a capella aquello de “Balón de Oro, Karim Balón de Oro...”. Un reconocimiento de la afición que confirma el idilio de la grada con el capitán. Además, minutos antes había sido objeto Karim de un penalti clarísimo, pero ya se sabe que a los blancos no hay manera de que le piten uno ni con VAR ni sin VAR. El personal ya cuenta con ello y por eso ni siquiera provoca irritación.

23 años del Aguanís.- Hablando de Benzema y su calidad determinante arriba, es bueno recordar que el 1 de diciembre no es un día cualquiera para el madridismo militante. En este mismo día de 1998, Raúl González se encumbró ante el mundo entero al dar al Madrid su primera Copa Intercontinental en casi 40 años. La anterior databa de un impresionante 5-1 al Peñarol en el Bernabéu, en 1960, en aquel equipo que arrasaba con los Di Stéfano, Puskas y Gento. En Tokio, ese 1-D y ante el Vasco de Gama brasileño, el eterno 7 hizo un control orientado brutal tras un gran pase de Seedorf de 40 metros. Raúl pinchó la pelota con destreza y la bajó suavemente. Su segunda genialidad fue recortar en seco a Claudemir Vitor, que iba lanzado con una segada para cortarle el balón. Cuando se disponía a encarar a Carlos Germano, llegó la madre de todas las pillerías del eterno capitán. Le hizo una finta inmisericorde a Odvan, que se quedó en el césped y con la cintura descompuesta, permitiendo a Raúl definir a lo grande batiendo con su pierna ‘mala’, la derecha, a Germano. Sublime. Vinicius ni siquiera había nacido (llegaría al mundo año y medio después) y Benzema era un niño de 11 años que correteaba por los suburbios de Lyon detrás de una pelota de trapo. Raúl también era de barriada. Los dos son Leyendas Blancas.

Nos escapamos.- El caso es que el Barça de Xavi se queda nada menos que a 13 puntos, tantos puntos como Copas de Europa tiene el Madrid. Cierto que el sábado toca la Real de Imanol en Anoeta, aunque los siete puntos de ventaja permiten jugar con un colchón de seguridad. Con el granero lleno se vive mejor.