Mucho más que chispas

Hace unas semanas, escribí que iba a ser una liga de pocos puntos y que el Madrid, con la experiencia y la tranquilidad de su admirado entrenador, era el más preparado para ganarla. Pensaba que el triunfo final iba a resultar de la capacidad a aprovecharse de los deméritos ajenos. Estos fallos y estas dudas siguen existiendo. El Atlético paga los reflejos excesivamente defensivos de Simeone; el Sevilla sufre por la nerviosidad que transmite Lopetegui a sus futbolistas, la Real Sociedad empieza a flaquear como siempre cuando se acerca el fin de año y el Barça de Xavi es un proyecto frágil que sólo puede considerarse a medio y largo plazo. El Madrid se presenta como el más serio y equilibrado de todos los equipos que pretenden ganar este campeonato, como el que menos fallará.

Sin embargo, poco a poco está apareciendo algo que no estaba realmente previsto: el Madrid está jugando de cine. Sabíamos que, con el talento natural de los componentes de la actual plantilla, siempre íbamos a ver algunas chispas de belleza, pero lo que está ocurriendo en los últimos partidos va mucho más allá. Se está instalado una constancia en la excelencia que recuerda, en algunas fases, a los grandes momentos de las tres Champions consecutivas. Sólo queda por resolver este cuarto de hora por encuentro durante el cual el Madrid parece despistado y que da alas al rival.