Alberto Ginés, el campeón más natural

Un rayo de dieciocho años en la pared de Tokio. Todo un país vibrando con la escalada. Y, con el oro del pionero, la nueva disciplina olímpica como fenómeno del momento. Aquel jueves cinco de agosto de 2021 Alberto Ginés dio la campanada de los Juegos. Gloria cincelada con el desparpajo del talento escogido que disfruta quemando etapas más rápido que el resto. "Haré mi competición y, si suena la campana, bienvenida sea", disparaba en la entrevista con AS antes del gran estreno. Sin presión aparente. Entrenando duro durante la pandemia. Descomprimiendo entre el rocódromo y juegos de cartas con compañeros.

Ginés apuntaló cada movimiento, mejoró tanto en velocidad que hizo de ella una de sus virtudes y soñó muy fuerte. Y el sueño se hizo gigante. Tanto que dio la vuelta al mundo. Historia del deporte. El primer oro olímpico en escalada. Grabado para siempre. Recordaba entonces con emoción su entrenador David Macià el camino recorrido junto a su pupilo. Y compartía un deseo. Que el flamante resultado catapultara de manera definitiva la disciplina en nuestro país. El deseo sigue siendo deseo. Mientras tanto, la vida sí le ha cambiado al campeón. Su cuenta personal en redes cayó en el primer asalto. Hoy, confiesa, extraña la normalidad y el anonimato. Para el campeón más natural, elegido también Premio Olímpico AS del Deporte, todo cambió en el Aomi Urban Sports Park de Tokio aquella inolvidable noche del cinco de agosto. Gracias por compartir el sueño.